martes 21 de octubre de 2014, 08:08h
El miedo en la Comunidad
Internacional varía según los intereses de cada uno y según esté de cercana la
amenaza que lo provoca. En estos días andamos enfrascados en una enorme y
justificadísima preocupación por el azote de una enfermedad como el Ébola. Estados
Unidos se moviliza, la Unión Europea lo hace tarde pero reacciona y en España
tenemos la gran noticia de la recuperación de Teresa Romero. Otra gran
preocupación internacional es el terrorismo de los bárbaros criminales y
narcotraficantes del mal llamado Estado Islámico.
Sobre todo por su capacidad
de captación de jóvenes musulmanes y de occidentales que han ido a luchar en
Siria e Irak y que pretenden volver a sus países de origen para cometer sus
atrocidades terroristas, España entre ellos. Ébola y terrorismo son dos grandes
amenazas para millones de seres humanos que hay que combatir con firmeza y
determinación pero no hay que olvidar otro riesgo muy preocupante: la ambición
del presidente ruso, Vladimir Putin, de crear la Gran Rusia a costa de sus vecinos.
Este fin de semana se ha celebrado en la región austríaca de Burgenland, muy
recomendable de visitar a 65 Kms de Viena, la Asamblea General de la Asociación
de Periodistas Europeos con asistencia de profesionales de todos los países
europeos donde pude comprobar el miedo a Putin de todos los colegas del centro
y del este de Europa. Su afirmación más preocupante es que el nuevo Zar del
Kremlin no va a parar en Ucrania y va a
continuar en otros países vecinos con su intención de someterlos a su órbita y
a sus intereses, utilizando la fuerza si es preciso y está ocurriendo en
Ucrania. Además de los grupos paramilitares, del apoyo armamentístico y
logístico, el arma de Putin es la energía: gas y petróleo, que utiliza a su
antojo para condicionar voluntades políticas como la de Alemania.
Otros países
como Francia, Italia, Reino Unido o España contemporizan con Moscú por otros
grandes negocios mientras sus vecinos polacos, húngaros, rumanos,
búlgaros, etc... sufren las presiones rusas. Un ejemplo, Moscú apoya los
movimientos ecologistas contrarios a explotar la capacidad de gas de un país
como Rumania y mantener su dependencia del gas ruso. Estados Unidos y la Unión
Europea deben parar los pies a un dictador sin escrúpulos.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
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