Correo sin respuesta

Es opinión general que, cada día está más claro que Mariano Rajoy será el próximo presidente del gobierno de España, y sucesor de Rodríguez Zapatero. Un cambio de partido gobernante, y más cuando es probable que se llegue al Poder con mayoría absoluta, plantea muchas interrogaciones y también un verdadero revuelo de carreras entre los aspirantes a un cargo en la Administración: ministro, secretario de Estado, director general, o responsable de los numerosos organismos que dependen de la Administración del Estado.

Seguro que sobre la mesa de Mariano Rajoy llueven en estos días las sugerencias, las propuestas y hasta las presiones para que cuente con tal o cual persona en su equipo, o en las cercanías del Gobierno. Nosotros también le vamos a sugerir algo, aunque nos haga poco caso. Y es que, a la hora de los ceses, de los nombramientos, de los relevos, tenga más en cuenta la valía de la persona que el color de su adscripción política. Ponemos dos ejemplos de entidades vinculadas a la Administración y que funcionan bien en los difíciles tiempos que vivimos. Una es la Dirección General de Tráfico, con Pere Navarro al frente, y que con una brillante y novedosa gestión ha logrado que los ciudadanos tomen conciencia de lo serio que es manejar un vehículo y, como consecuencia de ello, los accidentes mortales de tráfico se han reducido hasta cifras que se desconocían y que parecían un sueño... Otra buena gestión  --y seguro que habrá muchas más--  es la que lleva a cabo Miguel Martínez al frente de Paradores de Turismo, una red que, aún en tiempos de crisis, crece, presta un esmerado servicio, y es una imagen de la mejor España...

¿Por qué Mariano Rajoy, en defensa de los intereses de España, no puede mantener a personas como Pere Navarro o Miguel Martínez en sus cometidos actuales, en los que aún les queda una larga tarea por desarrollar?. Sería una prueba de inteligencia, y también de grandeza. En el Reino Unido, cuando cambia el primer ministro permanece en su cargo hasta su secretaria particular: los británicos entienden que se trata de una funcionaria eficaz, y de cuya experiencia no se debe prescindir... En España ocurre todo lo contrario: cambia un ministro, y hasta su conductor o sus escoltan son sustituidos...

Y hablando de Pere Navarro, director general de Tráfico, es tan grande su celo por la seguridad vial que ayer recomendaba quedarse en casa, siempre que se pueda y ejerciendo la profesión mediante el "tele-trabajo", en los días de grandes nevadas... La sugerencia denota buena intención, pero ni los panaderos ni los médicos ni los mecánicos ni los barrenderos se pueden recluirse en el hogar cuando nieva. Ni tampoco Pere Navarro o Miguel Martínez deberían quedarse en casa cuando Mariano Rajoy llegue a La Moncloa.