TLC y farsantes

El triunfo demócrata en las elecciones de los EEUU también cierra un ciclo en la negociación del TLC con ese país. El ambiente privilegiado de la hegemonía republicana ha terminado y las mejores opciones para el TLC también. Es importante revisar el rosario de mentiras al respecto para que sirvan de lección hacia el futuro. En un primer momento nos dijeron que el TLC se aprobaba antes de que se fuera Toledo, luego que antes de que se vaya el Congreso dominado por los republicanos, ahora nos repiten que se aprobará con el Congreso demócrata. El caso es que el TLC no se aprueba y nadie que esté enterado de las cosas tiene ninguna esperanza de que lo sea en el corto plazo. De igual manera, para asustar a los críticos, los promotores del TLC repitieron hasta la saciedad que el APTDEA, todavía vigente, no sería renovado por ninguna razón, que lo único que cabía era impulsar la aprobación del TLC. Falso, ahora que parece que el TLC no se aprueba ya se habla de que se prorrogaría el APTDEA. No existe por lo tanto, como nos quisieron hacer creer, el cuco de la retracción de exportaciones a EEUU. En ningún tema que recuerde en mi vida política se ha mentido tanto como en el del TLC.

1) Se presenta como un tratado de libre comercio, cuando no es tal sino un tratado de sujeción imperial a la voluntad de los EEUU. El tipo de tratado que está llamado a cumplir en nuestro país el mismo papel depredador que cumplió el Contrato Grace, impuesto por las potencias dominantes de la época, luego de la derrota con Chile. 2) Se presenta como un tratado que va a promover la actividad económica cuando lo que en realidad va a suceder es que va a una determinada política económica neoliberal y si un próximo gobierno decide incumplirla va a ser sancionado por tribunales internacionales ad hoc amigos de este tipo de tratados. 3) Se quiere entusiasmar a los pequeños productores con este tipo de tratados y a los que en realidad favorecen es a los grandes, que tienen ya una relación establecida con la economía de EEUU. Además se ha tratado de un recital de mentiras monocorde, donde los promotores del TLC han tenido los medios a su disposición y han evitado encontrarse con sus críticos.

El tema es que este TLC favorece directamente al capitalismo de privilegios que implantó Fujimori y que han continuado Toledo y García. Se entronca y promueve el desarrollo oligopólico en curso que tiene como objetivo, a lo sumo, a una minoría nacional. Los beneficiados quieren entonces que se apruebe a como dé lugar. Paradójicamente, el entrampamiento de su aprobación puede crear una coyuntura interesante para reavivar su discusión y eventualmente sensibilizar a algún sector en el nuevo Congreso de EEUU sobre las graves inequidades que contiene para evitar que sus plagas nos caigan encima. Es triste que sea por allá y no por acá que el asunto se reavive, pero no se puede dejar pasar la oportunidad. Este nuevo debate puede permitirnos defender una verdadera alternativa de comercio libre y justo, que es una piedra angular en nuestra integración a una globalización democrática. Pero no hay que olvidarnos de los farsantes que nos han contado mentiras a lo largo del proceso y que creen que embaucando pueden sacar algo para sus patrones. La mentira como arma política podrá servir coyunturalmente para poner algún tema en discusión, pero jamás debemos permitir que se convierta en la agenda de la democracia en el Perú.

Nicolás Lynch (Perú)
Ex Ministro de Educación del primer gabiente de Alejandro Toledo, sociólogo y analista político. Fue candidato al Congreso por el Partido Socialista.