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Catedrático Jean Monnet
Catedrático Jean Monnet

Un pulso ganado para la Unión Económica y Monetaria

viernes 29 de junio de 2012, 20:43h
El Consejo Europeo de 28 y 29 de junio de 2012 se planteaba como una cita verdaderamente histórica dada la situación crítica que venían sufriendo algunas economías de los Estados de la Unión Europea y, singularmente, España e Italia, sometidos a una fuerte presión de los mercados.

La actuación estelar venía marcada por el debate sobre el documento presentado por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, el pasado 26 de junio, martes, en las vísperas del Consejo, informe preparado, según el propio texto, en estrecha colaboración con los Presidentes de la Comisión, del Eurogrupo y del Banco Central Europeo, cuya proposición inicial es la de realizar una arquitectura más fuerte para la Unión Económica y Monetaria, articulando un proceso por etapas que será presentado en el Consejo Europeo de diciembre de 2012.

Los bloques de la actuación son realizar un marco financiero integrado, un marco presupuestario integrado, un marco de política económica integrada y, finalmente, el fortalecimiento de la legitimidad democrática y la rendición de cuentas.

Paralelamente los Estados miembros se planteaban firmar en este Consejo Europeo el llamado "Pacto por el Crecimiento y el Empleo", dirigido a estimular un crecimiento inteligente, sostenible, integrador, eficiente en el uso de los recursos y generador de empleo, en el contexto de la Estrategia Europa 2020. Para ello se plantea una actuación que deberá emprenderse a nivel de los Estados miembros que contiene, entre otros aspectos, proseguir el saneamiento presupuestario; restaurar la actividad normal de préstamo a la economía y ultimar la reestructuración del sector bancario; promover el crecimiento y la competitividad; hacer frente al desempleo y a las consecuencias sociales de la crisis de manera eficaz y; modernizar la administración pública.

El segundo bloque de actuaciones del referido "Pacto por el Crecimiento y el Empleo" corresponde a la propia actuación de la Unión Europea y lleva como título "La contribución de las políticas europeas al crecimiento y al empleo", conteniendo como principales medidas la profundización del mercado interior; lograr en 2015 un mercado único digital; reducir la carga reglamentaria global; realizar plenamente el mercado interior de la energía -a más tardar en 2014-; garantizar los esfuerzos en investigación y en innovaciones; relanzar la política de cohesión; desarrollar la patente unitaria; impulsar la financiación de la economía movilizando 120.000 millones de euros para apoyar medidas de crecimiento; movilizar el Presupuesto de la Unión Europea para apoyar la competitividad, el crecimiento, empleo y la convergencia; impulsar trabajos y debates sobre la política tributaria; impulsar el empleo; facilitar la movilidad laboral; promover un comercio libre y justo; y articular la estabilidad financiera.

Estas dos importantes iniciativas, el informe "Hacia una auténtica Unión Económica y Monetaria" cuya finalidad, como hemos reseñado, es la de desarrollar una hoja de ruta específica y un plazo determinado para su logro, presentándose al Consejo Europeo de diciembre; y el "Pacto por el Crecimiento y el Empleo", finalmente acordado y anexo a las Conclusiones del Consejo Europeo, se encontraron con un mar de fondo muy diverso del que habríamos de resaltar las siguientes cuestiones.

En primer lugar, y no es ocioso, cabe considerar la intervención del Presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz en la apertura del Consejo, quien pidió a los Gobiernos que tomasen "todas las medidas factibles a corto plazo para estimular el crecimiento", garantizando al mismo tiempo la legitimidad democrática y la dimensión europea de las decisiones y recordando que era necesario adoptar medidas urgentes para hacer frente a la crisis y articular una unión bancaria, fiscal y política, que es esencial a largo plazo y que en gran medida ya venía propuesta en el informe del Presidente del Consejo Europeo de 26 de junio.

Lo que parece también interesante es su apreciación sobre dos cuestiones: La necesidad de la cooperación constructiva entre las tres instituciones principales de la UE: Parlamento, Comisión y Consejo, que para él debería materializarse en un acuerdo interinstitucional. Por otra parte, la participación también del Parlamento en el denominado "Plan maestro para la unión política", del que, según el Presidente, el Parlamento Europeo había sido excluido de momento, una decisión que tildó de inaceptable. Está abierto, manifestó, un amplio debate sobre la futura arquitectura de la Unión y alertó de que en ella se ha puesto poca emoción, fuerza y energía.

Junto a esta posición, planteada en su discurso, el Presidente del Parlamento también venía interviniendo en otras cuestiones como el rechazo a la recapitalización directa a la banca y su crítica a las agencias de calificación crediticia y, finalmente, venía diciendo que había cuestiones en el debate de futuro como la Unión Bancaria, la Tasa de Transacciones Financiera o los Eurobonos, que llevaban 2 años pidiéndose desde el Parlamento Europeo, y que si los líderes escucharan lo que dice la Eurocámara, "la única institución elegida democráticamente por los ciudadanos, se habría ahorrado a los europeos 2 años de Cumbres y tomas de decisiones sin frutos".

El Consejo Europeo, cuya finalidad esencial era la de lograr el Pacto por el Crecimiento y el Empleo, se encontró con una discusión dura y tensa sobre cuestiones capitales que principalmente afectaban a España e Italia, quienes en un momento forzaron la situación hasta el límite que la prensa europea describe como pulso, extracción con forceps, dolorosa derrota de Merkel, negociación dramática y amenaza de veto. Tras cinco horas de reunión, pasadas las cuatro de la madrugada del día 28, los líderes de los 17 países de la zona euro alcanzaban un acuerdo para aliviar la presión de los mercados sobre la deuda española e italiana, que se encontraban más allá de límites insostenibles.

El principal logro es el de haberse logrado que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y su sucesor, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), puedan comprar deuda de los países en dificultades en mercados secundarios y que el Fondo de Rescate pueda recapitalizar directamente a la banca española cuando el Banco Central Europeo, en una proposición que se pondrá en marcha a finales de año, constituyendo un paso importante hacia la unión bancaria, se convierta en supervisor único de las entidades financieras. Ello supone que se elimina el peso que el crédito concedido a la banca tiene sobre la deuda pública y el déficit.

Este acuerdo ha sido considerando por el Presidente Van Rompuy como un acuerdo equilibrado, necesario para estabilizar la eurozona y que supondrá condiciones estrictas para estos países, a quienes se va a conceder esta ayuda a corto plazo. Era absolutamente necesario un entendimiento entre los Gobiernos español e italiano que finalmente se ha producido así como una comprensión por Alemania, que necesariamente tiene que aceptar el camino de la mutualización de la deuda soberana de los Estados de la zona euro, condición imprescindible para la existencia de una verdadera Unión Económica y Monetaria.

Rogelio Pérez-Bustamante

Catedrático Jean Monnet ad personam

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