Patxi López puede suceder a Ibarretxe y el PP recupera la Xunta de Galicia

            A lo largo del día, el anuncio sobre participación electoral dejaba mal sabor de boca en determinadas formaciones: en el PNV, en Euskadi, porque sólo una gran movilización nacionalista podía dar la vuelta a los sondeos, que no auguraban nada bueno para Juan José Ibarretxe.

            En Galicia, donde también la abstención parecía perjudicar al tándem formado por el socialista Emilio Pérez Touriño y el líder del BNG, Anxo Quintana. Pero los datos oficiales que se ofrecían a las 12.00 y las 17.00 horas no eran muy alentadores para el bipartito que había gobernado la Xunta durante cuatro años.
 

La decepción de los primeros sondeos

            Luego, a las 20.00 horas, los sondeos escupían sus resultados obtenidos a pie de urna, pero no podía realizarse un pronóstico rotundo ni en Euskadi ni en Galicia, comunidad ésta última en la que las espadas seguían en alto con una horquilla de 36 a 38 (o de 37 a 39 según sondeo) para el popular Alberto Núñez Feijóo; es decir, a punto de la mayoría absoluta, pero sin seguridad de obtenerla. El PSdeG- PSOE de Pérez Touriño obtendría entre 24 y 26 escaños y el BNG de Anxo Quintana se quedaría entre 11 y 13.

            En Euskadi, los datos de los sondeos se podían interpretar, en un principio, como un respaldo a la política de Juan José Ibarretxe -aún cuando el PSE de Patxi López creciera espectacularmente a entre 26 y 28 escaños-, dado que la encuesta de Ipsos le daba al PNV entre 30 y 32 escaños. Excelentes resultados los de los sondeos si se tenía en cuenta que en las anteriores elecciones el PNV obtuvo 29 escaños, pero en coalición con EA, que se llevó 7.

            Más espectacular en los sondeos a pie de urna era el hundimiento –aparente, más que real, como se verá luego- del PP de Antonio Basagoiti en Euskadi: le daban a las 20.00 horas una horquilla de entre 9 y 10 escaños, mientras que en las elecciones de 2005 María San Gil había obtenido15 diputados. Decepción inicial, pues, en el PP que obligó a salir a su secretario general, Iñaki Oyarzabal, a una primera aparición en la que vino a decir que los sondeos son sólo eso, sondeos.

            En general, los sondeos daban los siguientes resultados en Euskadi: de 30 a 32 escaños para el PNV; de 26 a 28 para el PSE; de 9 a 10 para el PP; de 2 a 3 para EB y EA y entre 0 y 1 para UPyD. El gran vencedor era en esos momentos –o en esos sondeos- Juan José Ibarretxe.

            A las 20.45 horas, Eduardo Madina, diputado del PSE, desde Bilbao, frente al Guggenheim, comparecía en el set de Prisa para señalar que “los resultados, cuando se conozca el 100 por 100 de los votos escrutados, serán mucho mejores, sin duda”. Era profético… quedaba aún mucha noche, tanta que el gran golpe lo daría Patxi López unas horas después…
 

Guerra de nervios en las sedes nacionales

            Pero, de momento, las sedes electorales eran un manojo de nervios. Desde las 19.00 horas, Mariano Rajoy permanecía en la sede central del PP, en Madrid, en espera de los resultados de las encuestas a pie de urna. Hasta la sede se habían desplazado también la secretaria general, María Dolores de Cospedal –que había pasado unas horas en Euskadi-, y los tres vicesecretarios generales, Javier Arenas (Política Autonómica), Esteban González Pons (Comunicación) y Ana Mato (Organización).

            En la sede madrileña de Génova 13 se fueron concentrando otros dirigentes nacionales, como el coordinador de la Presidencia y responsable de Relaciones Internacionales, Jorge Moragas; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, y el presidente de Nuevas Generaciones, Nacho Uriarte.

            Sobre las 20.00 horas llegó a la sede la portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, el coordinador de Libertades Públicas del PP, Federico Trillo, el candidato del PP a las elecciones al Parlamento europeo, Jaime Mayor Oreja, el secretario del Grupo Popular en la Cámara Baja, José Luis Ayllón, el vicealcalde, Manuel Cobo, y los diputados Miguel Arias Cañete y Francisco Villar. Ése, en su conjunto, era el cuartel general de los populares. Nadie compareció tras escuchar los sondeos: quedaba aún mucha noche… y los sondeos, como decía Madina, eran simples sondeos que poco tendrían que ver con la realidad.


Compás de espera en Ferraz

            Paralelamente, en la sede federal del PSOE en la calle Ferraz había esdcaso ambiente hacia las 20.00 horas: dejaban el protagonismo para Bilbao y Santiago de Compostela. En la planta quinta del cuartel general socialista estaban siguiendo el escrutinio el vicesecretario general, José Blanco -muy atento a los datos de su tierra-; la secretaria de Política Autonómica, Mar Moreno, y Antonio Hernando, responsable de Política Municipal del partido.

            Sobre las 20.45 horas llegaba José Luis Rodríguez Zapatero, procedente de Bruselas, donde había asistido a la cumbre europea. Zapatero subió directamente a su despacho, reuniéndose con la vicepresidenta Primera, María Teresa Fernández de la Vega, que le esperaba junto a otros dirigentes de la Ejecutiva Federal. La primera mala noticia de la noche que recibió Zapatero -forofo del equipo azulgrana- es que el Barça perdía frente al Atlético de Madrid. Luego vendrían peores noticias, esta vez electorales. Había nervios, sobre todo por los resultados en Galicia.
 

Primeros datos ‘oficiales’ en Euskadi: Ibarretxe, al ‘banquillo-reserva’

            La página electoral puesta en Galicia para el seguimiento del escrutinio funcionó a la perfección desde el primer momento, pero en Euskadi sus responsables ya habían advertido que no darían datos oficiales hasta que no se hubiera escrutado al menos el 80 %, lo que incrementaba los nervios. Al final, ni siquiera con el 80 % del escrutinio funcionó la página del Gobierno vasco: estaba enmudecida, el PNV no conseguía ni un con un cuatripartito mayoría absoluta.

            Hacia las 21.00 horas, el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, recibía una llamada con información oficial que le decía que los resultados del PP no eran tan malos como les daban los sondeos a pie de urna –una horquilla de entre 9 y 11, con pérdida de 4 escaños en el mejor de los casos-. Los populares vascos pudieron tener un respiro de alivio: le dijeron que con el 38,5 % escrutado, el PNV lograba 29 escaños, el PSE 25, el PP 11, EA uno, EB 3, UPyD uno y la gran sorpresa… cinco para Aralar.

            A las 21.35 horas aparecía en Bilbao Rodolfo Ares, secretario de Organización del PSE-PSOE, con optimismo por los resultados que el recuento, con el 64 % escrutado, daba al PSE: “Tenemos que seguir esperando a que avance el escrutinio… habrá escaños que van a estar bailando, en especial a los partidos más pequeños”. Así sería.

            A las 21.45 horas la permanencia de Ibarretxe al frente de la Lehendakaritza estaba muy comprometida: con el 69,87 % escrutado, el PNV lograba 29 escaños, el PSE 26, el PP 12, Aralar 5, EA 1, EB Berdeak 1 y UPyD 1. Es decir, que ni siquiera un cuatripartito libraba a Ibarretxe: Patxi López podía alcanzar el Gobierno si fructificaban los pactos.

            A las 22.00 horas, parecía claro que Ibarretxe podría perder la Lerhendakaritza si se confirmaban los resultados con el 84 % de los votos escrutados: teniendo en cuenta que la mayoría absoluta es de 38 escaños (hay 75 en el Parlamento), Ibarretxe no conseguiría sumar escaños suficientes. El socialista Patxi López podría ser lehendakari con el apoyo del PP… y de UPyD de Rosa Díez. Así quedaba el Parlamento vasco en esos momentos: PNV 29, PSE 25, PP 13, EA 1, EB 2, Aralar 4 y UPyD 1.

            A las 23.00 horas, con la página web oficial sin ofrecer ni un solo resultado, se pudo saber que con el 100 % escrutado, el PNV se quedaba en 30 escaños, el PSE 24, el PP 13, Aralar 4, EA 2, EB-Berdeak 1 y UPyD 1. La abstención se situaba en el 34,38 %, mientras que en 2005 fue el 32 por ciento.

            A las 22.20 horas, el candidato del PP vasco, Antonio Basagoiti, comparecía públicamente. Había alegría popular, pese a la pérdida de escaños: “Somos decisivos en la composición del próximo gobierno vasco, somos determinantes”, dijo triunfalmente. Porque, efectivamente, las matemáticas no fallan y los no nacionalistas pueden formar un frente para desalojar a Ibarretxe de la lehendakaritza.

            A las 22.50 Unai Ziarreta, el presidente de Eusko Alkartasuna, anunciaba su dimisión: era la consecuencia del desastre electoral de su formación. Cinco minutos antes, Ibarretxe comparecía en la sede peneuvista de Sabin Etxea acompañado por el presidente del PNV, Iñigo Urkullu. Con alegría ficticia, Urkullu dijo que los resultados “son muy buenos para el PNV”, ya que sacaban seis escaños a la segunda fuerza política, el PSE, y destacaba el “magnífico resultado en los tres territorios”. Ibarretxe, por su parte, anunciaba que “ahora toca empezar a hablar con los partidos para conformar el nuevo Gobierno”, es decir, que no tiraba la toalla, pese a ‘juntar’ sólo 37 escaños –uno menos que la mayoría absoluta- con la suma de cuatro partidos –PNV, EA, EB y Aralar-. En el PNV se aferraban a que habían sido el partido más votado en las elecciones.


Patxi López se ofrece como lehendakari

            A las 23.10 horas aparecía el candidato socialista, Patxi López, para dar la campanada: “Esta noche, con estos resultados, me siento legitimado para liderar el cambio”, dijo ante decenas de seguidores entusiastas, “no renuncio a presentar mi candidatura y recabar los apoyos necesarios para ser el próximo lehendakari en el Gobierno vasco. Mantengo la palabra y la ambición para liderar un cambio que sólo nosotros podemos sacar adelante”.

            Era el aldabonazo. López puso sobre la mesa que, más incluso que los votos que ha obtenido el PSE, cuentan también los “63.000 votos que ha perdido el tripartito”. Dio las gracias a todos “por haber sido portadores de una esperanza” y caballerosamente felicitó por su resultado al candidato del PNV, “al que llamaré cuando acabe este comentario”.



Alegría popular en Galicia

            Con respecto a Galicia, a las 21.24 horas, con el 40,59 % escrutado, las urnas daban al PP gallego una cómoda mayoría absoluta de 39 escaños. A esas horas Alfonso Rueda, secretario general del PPdeG, mostraba su satisfacción por la victoria. Eran las primeras declaraciones oficiales, en un tono muy optimista. A las 21.40 horas, en la sede nacional del PP Esteban González Pons se convertía en el segundo dirigente popular en dar la cara: la victoria del PP era ya evidente.

            La cruz de la moneda la ponía a esa misma hora Alberte Ansede, director de campaña del BNG, que no podía ocultar su pesimismo. “Queda aún mucha noche”, decía, pero su gesto reflejaba la angustia por el ‘poco carbón’ que los gallegos habían echado a la locomotora del BNG-PSdeG. El PP seguía con 39 escaños –uno más de los necesarios para la mayoría absoluta- cuando se había escrutado el 57,38 %. Diez minutos después, los resultados se mantenían, cuando se había escrutado el 68,74 % de los votos.

            A las 22.15 horas, con el 92,94 % de los votos escrutados, el ya ex presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, decidió no alargar la agonía y, con elegancia, apareció ante los medios de comunicación para reconocer su derrota y la victoria electoral del PP y para transmitir al candidato popular, Alberto Núñez Feijóo, “el reconocimiento y la felicitación por su victoria electoral”. “Tomamos nota”, dijo, enigmáticamente, Pérez Touriño.

            En una breve intervención, con caras muy largas entre los dirigentes socialistas que se habían acercado al hotel que sirvió de noche electoral al PSdeG-PSOE, dijo que “seguiremos sirviendo con más intensidad, con más ganas de servicio”, que han querido volver a formar un gobierno de progreso con el BNG, pero “los electores tienen la palabra, así lo reconocemos”. No fue muy explícito Pérez Touriño, pero con su “tomamos nota, cómo no, de este resultado, rectificaremos todo lo que haya que rectificar para seguir trabajando por Galicia, por este país”, la pregunta quedó en el aire: ¿Dimitirá Touriño?

            Por fin, a las 22.55 horas comparecía Alberto Núñez Feijóo, con ‘muito, muito’ agradecimiento para todos. “El PP de Galicia ganó las elecciones”, dijo eufórico, para decir que revelar seguidamente que iba a convocar a todas las fuerzas políticas para intentar marcar el rumbo que haga superar la crisis económica. “Esta situación requiere más que nunca el concurso de todos”, dijo, para asegurar que “mi principal compromiso es el de gobernar para todos”. Pocos minutos antes, Núñez Feijóo había recibido las llamadas de felicitación de Pérez Touriño y de Anxo Quintana.

            A las 23.12 horas Mariano Rajoy aparecía en la sede nacional, en Madrid, con evidente alegría –los resultados en Galicia tienen lectura en la Presidencia nacional en Madrid-: “Gracias a Alberto Núñez Feijóo y a Antonio Basagoiti, han hecho una gran campaña”.

            A las 23.13 horas, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, ponía el reverso de la moneda, al menos en lo que se refiere a su tierra gallega: felicitaba al popular Núñez Feijóo por su victoria electoral, se regocijaba por los resultados de Patxi López en Euskadi… y desaparecía tan deprisa como había llegado.