El Real Madrid superó un nuevo nivel en sus retos europeos y aunque no tuvo que remontar un resultado, esta vez protagonizó una película de suspense, con enorme sufrimiento para sostener un 0-1 que fue igualado en el tramo final del encuentro por un Manchester City superior en juego y remate, que al final se vio superado en la tanda de penaltis.
Otra semifinal más para los de Carlo Ancelotti, que se verá las caras con otro histórico, el Bayern de Múnich. Si el martes cayeron el resto de equipos españoles, ayer miércoles lo hacían los ingleses, de manera que entre los 4 últimos supervivientes en Europa habrá 2 conjuntos alemanes (Bayern y Borussia Dortmund), un español (el Madrid) y un francés (el PSG de Mbappé).
Inicio prometedor
Mejor no podía comenzar el partido en Mánchester para los blancos. Tras el 3-3 de la ida, valía un empate incluso para forzar prórroga y penaltis, pero el planteamiento de Ancelotti de inicio fue claro: sostener equilibrio atrás, evitar sustos y errores que pudieran condicionar la eliminatoria y evitar épicas remontadas. Dicho y hecho. Buena defensa, tranquilidad defensiva, nada de ansiedad y mucho equilibrio en bloque.
Todo mejoraba cuando en el minuto 12 ya marcaban tras una contra que finalizaba Rodrygo, bestia negra de los de Guardiola, comandada por Bellingham y Vinicius. Desde ahí, realmente, todo fue sufrimiento para los madridistas, ya que el equipo recibió la orden de Ancelotti de contener el resultado y buscar contras, sin dejar huecos a los mancunianos.
Bien le fue el plan al italiano durante casi todo el encuentro, salvo cuando en el '76 un mal despeje en el área de Rüdiger, excelente por todo lo demás, lo aprovechaba De Bruyne para empatar el partido y la eliminatoria.
Tocó sufrir hasta el final, porque el Madrid apenas arriesgó y defendió con todo en los últimos metros. Y el mismo planteamiento repitió en la prórroga, con mucho cansancio en las piernas de sus jugadores. Vinicius y Carvajal dijeron 'basta' y pidieron cambio porque no podían más, se supone que sin lesiones y sólo malestar en sus piernas.
El 'catenaccio' le funcionó esta vez a Ancelotti, con un estilo algo impropio del Madrid, pero a la postre efectivo.
La lotería de los penaltis
Así que el Madrid llegaba vivo a unos penaltis donde, como en la eliminatoria, no era favorito para ganar. Pero la historia de este club es siempre la de la superación y la ausencia de rendición.
Si bien no pudo empezar peor la tanda con error de Modric, primer tirador de los penaltis, Lunin obró el milagro. El meta ucraniano culminó un encuentro majestuoso, de los que hacen historia, y tras pararlo casi todo en los 120 minutos anteriores, detuvo también 2 penas máximas. La de Bernardo Silva, de mérito, al interpretar que iba tirarlo el portugués por el centro, 'a lo Panenka'. A Kovacic, ex del Madrid, se la paró tirándose a un lado, adivinando también sus intenciones.
Y sin Vinicius, Rodrygo y otros buenos tiradores, al final el Madrid pasó a semifinales gracias a los lanzamientos acertados de Bellingham, Lucas Vázquez, Nacho y Rüdiger. Era la rebelión de los obreros, de los defensas y los más discretos. ¿Para cuándo un reconocimiento a la altura del gallego Lucas Vázquez?
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