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Vetermascotas: "No es conveniente el uso de tranquilizantes cuando los perros tienen miedo"

martes 18 de julio de 2017, 09:53h
Vetermascotas: 'No es conveniente el uso de tranquilizantes cuando los perros tienen miedo'
Hemos charlado con Vetermascotas, un equipo de veterinarios comprometidos con la salud física y psicológica de las mascotas, sobre problemas que últimamente suponen un quebradero de cabeza para los dueños de perros: los ruidos como petardos y otros estímulos que aterran a nuestros amigos caninos.

- ¿Por qué son tan perjudiciales para los perros los ruidos de los petardos y otros productos de pirotecnia? ¿Qué les hace tener tanto miedo?

Los perros son mucho más sensibles que los humanos respecto de los ruidos fuertes, de modo que el estruendo de los petardos les es extremadamente molesto y puede ser hasta doloroso. No hay que olvidar que en la naturaleza este tipo de sonidos están asociados a momentos de peligro (derrumbes, tormentas eléctricas...). Si a esto le sumamos que los ruidos surgen de repente, los perros no son capaces de entender qué pasa a su alrededor, provocando una reacción de miedo.

- ¿Se puede corregir ese miedo con adiestramiento o mucha atención y cariño por nuestra parte?

Hay distintas formas de tratar este problema en función del carácter del perro. Se puede habituar a nuestra mascota de forma paulatina a los ruidos fuertes producidos por los petardos, aunque es un proceso lento que puede no funcionar con todos los animales. Es conveniente ignorarlos y, puntualmente, corregir la conducta inadecuada, como suelen ser los ladridos. En esos momentos el animal se encuentra muy tenso, por lo que si lo acariciamos lo que estaremos es reforzando su miedo y su mal comportamiento. Si nos ven tranquilos, sabrán que no deben temer nada; en cambio si nos alteramos, el animal se alterará más. Con todo, en casos graves, recomendamos siempre contactar con un adiestrador experimentado.

- ¿Está asociado ese comportamiento temeroso a los ruidos a algún defecto en la educación del dueño?

Normalmente no se trata solamente de un problema de adiestramiento, si no más bien de sensibilidad del animal y de una falta de previsión del propietario. Éste suele estar ausente en las primeras ocasiones en las que el perro se enfrenta al ruido, y al no haber nadie que corrija el comportamiento, se retroalimenta aún más su miedo. Sin embargo, sí es posible intentar encauzar las malas conductas, ayudando al perro a encontrar un sitio en la casa (por ejemplo, el transportín) donde él se sienta seguro.

- ¿Qué le parece la nueva tendencia que se está extendiendo sobre proporcionar al perro algún tranquilizante vía oral por parte del dueño?

No es conveniente el uso indiscriminado de tranquilizantes, ya que no hay que olvidar que se trata de sedantes (medicación muy potente). Incluso, según el tipo de medicamento, puede darse el caso de que el animal siga siendo consciente de la situación, sin poder moverse, y eso le cause aún más ansiedad. Si bien es cierto que casos extremos requieren estas medidas, como norma general es un 'parche' temporal al problema, y no una solución definitiva.

- ¿Hay alternativas con ese tipo de medicamentos?

Hay alternativas, como por ejemplo los nutracéuticos, que tienen efectividad en el medio-largo plazo. Sin embargo, este tipo de tratamientos no siempre cubren las expectativas que tiene el propietario, sobre todo porque deben administrarse a entre 3 y 4 días antes y después, y porque sirven como soporte al tratamiento conductual. Respecto a este tema, recomendamos acudir a su veterinario de confianza para más información y un plan personalizado, ya que cada situación es distinta.

- ¿Es parecido el miedo que tienen algunos perros a ruidos como truenos o grandes vehículos que pasen cerca de ellos? En esos casos, ¿es recomendable también usar tranquilizantes de cara, por ejemplo, a una tormenta próxima?

Es parecido en el sentido de que son ruidos fuertes, que recuerdan a situaciones de peligro en la naturaleza. Sin embargo, son dos estímulos distintos, ya que en el caso de la tormenta hablamos de ruidos que no se pueden asociar a un objeto físico, y en el del vehículo grande, el estímulo es tanto sonoro como visual. Dado que ellos son capaces de asociar el ruido del vehículo y el vehículo en sí, son capaces de localizar el peligro y evitarlo. Sin embargo en una tormenta no, lo que les genera ansiedad. Por eso es más fácil que un perro tenga miedo a una tormenta más que a un coche.

- ¿Cómo os definís como veterinarios en Vetermascotas?

Creemos en el trabajo multidisciplinar en el que integramos todo tipo de profesionales. Nuestra prioridad es dar atención personalizada a cada uno de nuestros pacientes, y su bienestar tanto dentro como fuera de la clínica. Pensamos que para una buena calidad de vida del animal es necesario el trabajo codo con codo con lo propietarios, así que estamos abiertos a solventar cualquier duda que nos planteéis. Venid a conocernos, ¡sois bienvenidos!

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