El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lideró ayer martes una reunión de seguridad de unas 3 horas para discutir las próximas fases de la operación militar en Gaza.
En el encuentro estuvieron presentes el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Eyal Zamir, junto con los ministros de Defensa, Israel Katz, y de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer.
Oposición interna
Durante la sesión, se presentaron distintas opciones para avanzar en la campaña, mientras Netanyahu reiteró su intención de expandir el conflicto en la Franja a pesar de la creciente resistencia tanto dentro como fuera del entorno militar.
La posible ampliación de las operaciones militares en Gaza ha generado tensiones significativas dentro de Israel. Mientras Netanyahu defiende que es imprescindible "derrotar" a Hamás para asegurar la liberación de los rehenes israelíes, fuentes cercanas al Gobierno han reconocido que esta estrategia podría poner en mayor riesgo a los 20 cautivos que se cree siguen con vida.
La ONU, en contra
Este jueves está prevista una reunión del gabinete de seguridad israelí para decidir sobre la ocupación total de la Franja, un plan que ya ha sido calificado por la ONU como "profundamente alarmante".
El subsecretario general de la ONU, Miroslav Jenca, expresó durante una sesión del Consejo de Seguridad que cualquier escalada militar tendría "consecuencias catastróficas" y pondría en peligro a los rehenes restantes.
Además, destacó que "el derecho internacional es claro: Gaza es y debe seguir siendo parte integral del futuro Estado palestino".
Por otro lado, Cisjordania, el otro territorio palestino bajo ocupación militar desde 1967, afronta crecientes llamamientos en Israel para su anexión total, lo que complica aún más la situación geopolítica en la región.
Presión internacional
En paralelo, figuras políticas europeas han elevado la presión diplomática sobre Israel. Los socialistas, verdes y el grupo de izquierda unitaria en la Eurocámara han solicitado formalmente a las instituciones europeas la imposición de un embargo de armas al país, así como sanciones contra los responsables de violaciones del derecho internacional. Estas peticiones reflejan la creciente preocupación internacional ante el conflicto y sus repercusiones humanitarias.
Según informes del medio israelí 'Ynetnews', el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habría dado su visto bueno a Netanyahu para llevar a cabo una "operación militar más agresiva" tras el estancamiento de las negociaciones con Hamás. Sin embargo, esta postura no cuenta con el respaldo unánime dentro de las FDI. El jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, se opone a la expansión de las operaciones y ha pospuesto un viaje programado a EE.UU., según señala el mismo medio.
Hasta ahora, las Fuerzas de Defensa de Israel controlan aproximadamente el 75% de la Franja de Gaza. Con el nuevo plan estratégico, se espera que los militares avancen hacia el territorio restante, colocando todo el enclave bajo dominio israelí. Este movimiento ocurre en un momento en el que cientos de exoficiales israelíes han firmado una carta dirigida a Trump, instándolo a ejercer presión sobre Netanyahu para detener la ofensiva. Según datos disponibles, el conflicto ya ha causado la muerte de más de 61.000 palestinos.
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