El Consejo Constitucional de Francia ha anunciado que partes de la controvertida ley de inmigración, que el Gobierno de Emmanuel Macron había aceptado endurecer de forma notable para obtener el voto de la oposición de derechas e incluso finalmente de la ultraderecha, están en contra de la Constitución del país.
El Consejo ha anulado el delito de estancia irregular, el endurecimiento del acceso a las prestaciones sociales o que se pongan cuotas migratorias anuales. Las restricciones al reagrupamiento familiar, la imposición de una fianza a los estudiantes extranjeros o poner restricciones al llamado derecho de suelo están también entre las medidas reprobadas.
Al final han caído un total de 37 artículos de la ley, referida a los migrantes extracomunitarios, quedando anulados total o parcialmente por el Consejo Constitucional, 32 de los mismos por razones formales.
Los magistrados han indicado que algunos aspectos no guardan relación con el fondo del proyecto de ley que propuso el Ejecutivo y que la Asamblea Nacional paró en un primer momento. El presidente Emmanuel Macron no contó con la mayoría que habitualmente le apoya, que evidenció sus grietas internas, y, así, tuvo que recurrir al respaldo de Los Republicanos y de Agrupación Nacional para la aprobación final.
El Gobierno "toma nota"
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha asegurado en una primera reacción que el Gobierno "toma nota" del rechazo de "numerosos" artículos, achacándolo a que no se respetó "el procedimiento parlamentario". De hecho, piensa que el Consejo Constitucional ha avalado "la integridad del texto del Gobierno".
"Nunca un texto había previsto tantos medios para expulsar a los delincuentes y tanta exigencia para la integración de extranjeros", ha comentado en su cuenta de la red social X.
Por su parte, el líder de la ultraderecha, Jordan Bardella, ha criticado el "golpe" de los jueces, del que echa la culpa también a Macron, y ha lamentado que el Constitucional ponga en duda "las medidas de mayor firmeza". "La ley de inmigración nació muerta. La única solución es el referéndum", ha dicho, en alusión a una reivindicación bastante normal de su partido.
El presidente de Los Republicanos, Eric Ciotti, también ha criticado la resolución judicial, ya que piensa que los jueces "han tenido más en cuenta la política que el Derecho". Para Ciotti, tanto Macron como la izquierda "esperaban" esta sentencia, por lo que ha indicado que "una reforma constitucional es más indispensable que nunca para salvaguardar el destino de Francia".
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