El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado ver su sintonía con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, este jueves en una reunión en la Casa Blanca centrada en la guerra comercial. La Unión Europea ha encomendado a la dirigente italiana la tarea de mediar con Washington en la guerra arancelaria comenzada por el magnate republicano hace unas semanas. Y, según el estadounidense, ha sido un encuentro lleno de optimismo, ya que ha indicado que no piensa que vaya a "haber muchos problemas" para llegar a un acuerdo "con Europa" en materia de aranceles. "Estoy 100% seguro [de que habrá acuerdo]. Claro que habrá un acuerdo comercial. Quieren que haya uno y lo vamos a hacer, lo espero completamente. Será un acuerdo justo", ha comentado a la prensa.
Meloni ha ido a Washington con un mensaje en la línea de sus homólogos europeos, el de la defensa de la "unidad de Occidente". Según ha manifestado, "simplemente" hay que hablar para alcanzar un acuerdo arancelario, del que está confiada que se va a alcanzar. La líder ultraderechista es la primera comunitaria en viajar a Washington después del estallido del conflicto comercial. La primera ministra, quien cree que es "equivocada" la política arancelaria de Trump y pide diálogo para encontrar una solución, ha propuesto la eliminación recíproca de aranceles industriales entre las dos partes, tal y como habían pedido los Veintisiete. Aunque aún no se conocen las medidas que va a adoptar el Ejecutivo estadounidense, Meloni, haciendo un guiño a la retórica trumpista, ha asegurado que su "objetivo es que Occidente vuelva a ser grande de nuevo". "Lo vamos a conseguir juntos", ha dicho la italiana.
Trump, dando cancha a la buena relación entre ambos, también ha mandado flores al Gobierno de su gran aliada ideológica: "Me gusta mucho ella, creo que está haciendo un trabajo estupendo como primera ministra en Italia. Estamos orgullosos de estar en contacto desde el principio. Tiene un gran talento y es una de las grandes líderes mundiales, estoy muy orgulloso de estar hoy con ella".
Trump viajará a Roma para reunirse "con Europa"
Sobre la cuestión de si ha cambiado su postura respecto a los aranceles, el presidente estadounidense ha afirmado que las tasas aduaneras "están haciendo rico a los Estados Unidos". "Estamos recibiendo con los aranceles mucho dinero. Nos han tratado de manera muy injusta en el comercio internacional. Vamos a ver cifras fantásticas cuando esto ocurra porque todo el mundo quiere llegar a un acuerdo", ha comentado el estadounidense después de atacar a su predecesor, Joe Biden. Sus declaraciones no han aclarado si Trump va a eliminar los impuestos comerciales a la Unión Europea, pero sí que ha matizado que la "relación es muy buena".
Incluso Trump ha dicho sí a la propuesta de Meloni y ha informado que va a viajar a Roma para reunirse "con Europa". Sin entrar en detalles ni fechas, ambos líderes han señalado a una posible reunión con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen.
La ultraderechista italiana fue la única líder de la Unión Europea a la que se invitó a la toma de posesión de Trump en enero. Pero ahora, Meloni está en una encrucijada entre su afinidad ideológica con el presidente estadounidense y sus lazos con los aliados europeos, que se han mostrad duros con las subidas de aranceles de Trump y su decisión de excluir a la UE de las conversaciones con Rusia para finalizar la guerra en Ucrania.
Además de los aranceles, en su encuentro de este jueves han enseádo su sintonía sobre economía, inflación, tipos de interés, la guerra de Ucrania, el aumento del gasto militar y, como es habitual, también han subrayado las fronteras. Si algo les une a ambos es su claro rechazo a la migración y, por ello, Trump ha sido muy elogioso de la tan criticada gestión migratoria Meloni, asegurando que le "gustaría que más gente fuera como ella".
La tarea de Meloni
La reunión de Meloni en la Casa Blanca ha sido un encuentro de vital importancia para la UE en su intento de parar la guerra comercial, que también beneficiaría al país mediterráneo. Los aranceles, del 20% en el caso de las exportaciones de la UE, son una amenaza para amplios sectores de la economía de Italia, como la industria automovilística, el sector agrícola o los fabricantes de componentes automovilísticos, ya que muchas empresas italianas hacen las piezas para productores alemanes que después venden sus vehículos en el mercado estadounidense.