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Operaciones para 'normalizar' el sexo en menores intersexuales: una práctica invasiva e irreversible

Operaciones para 'normalizar' el sexo en menores intersexuales: una práctica invasiva e irreversible
(Foto: EFE)
miércoles 10 de mayo de 2017, 11:11h

Se calcula que un 1,7% de la población mundial, un porcentaje similar al de las personas pelirrojas, tiene variaciones de las características sexuales. Esto significa nacer con características sexuales que no encajan en las normas de lo femenino o lo masculino, o lo que es lo mismo, ser intersexual. En su informe, ‘En primer lugar, no perjudicar’, Amnistía Internacional denuncia que en Dinamarca y Alemania se llevan a cabo intervenciones médicas en menores intersexuales que son "innecesarias, invasivas, traumatizantes y suponen una violación de los derechos humanos".

Amnistía Internacional subraya que no existen investigaciones médicas que respalden la necesidad de estas intervenciones quirúrgicas que se llevan a cabo en bebés y menores de 10 años. El informe, basado en casos de Dinamarca y Alemania, ilustra el modo en que los estereotipos de género anacrónicos dan a lugar a estas prácticas quirúrgicas “invasivas e irreversibles”.

"Estas intervenciones 'normalizadoras' se llevan a cabo sin tener pleno conocimiento de los efectos potencialmente dañinos a largo plazo que tienen en los menores de edad", afirma Laura Carter, investigadora de Amnistía Internacional sobre orientación sexual e identidad de género. "Nos referimos a incisiones realizadas en tejidos sensibles, con consecuencias para toda la vida, basadas únicamente en estereotipos sobre el aspecto que debe tener un niño o una niña. La cuestión es a quién beneficia esta práctica, porque nuestro informe muestra que para las personas sometidas a ella ha sido una experiencia trágica".

A raíz de una serie de entrevistas a personas intersexuales, profesionales de la salud de Dinamarca y Alemania, así como a grupos de apoyo y trabajo de incidencia en Europa, Amnistía Internacional encontró indicios que apuntaban a una serie de intervenciones en menores de edad con variaciones de las características sexuales. Estas intervenciones serían: operaciones para ocultar el agrandamiento del clítoris, que pueden provocar lesiones nerviosas, cicatrices y dolor; cirugía vaginal o vaginoplastia para crear o agrandar el orificio vaginal, que en ocasiones conlleva múltiples intervenciones a lo largo del tiempo; gonadectomías (extirpación de las gónadas, incluidos el tejido ovárico y testicular), que son irreversibles y generan la necesidad de un tratamiento hormonal de por vida y reparación quirúrgica de hipospadias, cirugías para abocar la uretra al extremo del pene a fin de crear un pene considerado normal desde el punto de vista funcional y cosmético.

Aunque en determinados casos estas operaciones son necesarias para proteger la vida o salud del menor, no siempre ocurre esto, tal y como demuestra el informe de Amnistía en el que muchos de los entrevistados hablaron del trauma físico y mental que sufrieron tanto en el momento en que se practicaron las cirugías como a lo largo de su vida.

Según Amnistía Internacional, "el planteamiento actual sobre el tratamiento de los menores de edad intersexuales en Dinamarca y Alemania no protege los derechos humanos de los menores de edad, incluidos el derecho a la vida privada y el derecho al más alto nivel posible de salud". Expertos de Naciones Unidas han condenado estas prácticas al considerar que son innecesarias desde el punto de vista médico y suponen una violación de los derechos humanos del niño.

"Las autoridades danesas y alemanas no están cumpliendo su deber de proteger a estos menores de edad. Dada la actual falta de investigación y conocimiento médico en esta área, no se deben tomar decisiones que cambien la vida y sean irreversibles cuando el menor de edad es demasiado joven para manifestar su opinión sobre lo que se le hace", señala Laura Carter.

Amnistía Internacional reclama garantías a los legisladores y los profesionales de la salud de ambos países para que ningún menor de edad sea sometido a tratamientos no urgentes, invasivos e irreversibles, al tiempo que solicita aplazar las decisiones hasta que la persona pueda participar en ellas.

"Sabía que era diferente, pensaba que era un monstruo o algo así"

Los autores del informe entrevistaron a 16 personas con variaciones de las características sexuales, así como a 8 padres y madres de menores de edad con estas variaciones. Algunos nombres se han modificado para proteger la identidad de las personas afectadas.

Sandrao, Alemania

"Mi mayor problema es que he olvidado por completo mis primeros 11 años de vida, y estoy tratando de averiguar qué me pasó. Hace tan solo dos años que descubrí [en parte] lo que me ocurrió. Durante los 34 años anteriores, fui una persona infeliz. Cuando tenía cinco años me sometieron a una cirugía en la que me extirparon los testículos. Pasé por otras operaciones, otras cirugías genitales. No sé si nací con vagina o me la reconstruyeron. Mi uretra está en una posición diferente. En 2014 fui al ginecólogo; había muchas cicatrices".

"Sabía que era diferente; pensaba que era un monstruo, o algo así. No pude desarrollar una identidad de género. Me impusieron el rol femenino, lo que suponía llevar faldas y tener el pelo largo. Aunque mantener relaciones sexuales con hombres me resultaba doloroso, pensaba que era normal".

H, Dinamarca

H descubrió accidentalmente al acceder a su historial médico que lo habían sometido a una cirugía de hipospadias cuando tenía cinco años. "Sabía que me habían operado en 1984, cuando tenía cinco años. Pero nunca supe por qué. Mi madre me dijo que no orinaba recto. Esa fue la explicación que recibí y eso es lo que creí".

H tiene recuerdos del periodo posterior a la cirugía: "tenía que orinar y me dolía muchísimo, así que me aguanté las ganas por el dolor. Estaba en el baño, gritando, y luego corriendo por todos lados, sin ropa. Al final, oriné por todas partes. Gritaba, tenía miedo, no entendía lo que estaba sucediendo. Me avergonzaba un poco haber orinado por todas partes. Eso es lo único que recuerdo tras el incidente de 1984 […]. A menudo me siento para orinar porque no siempre puedo controlar la orina".

"Cuando pienso en lo que pasó, me enojo, porque nadie tendría que haber decidido por mí; se podría haber esperado. Me entristece pensar que se considera necesario operar a estos menores de edad sólo porque otra gente cree que eso es lo que debe hacerse".

D, Alemania

"Las cirugías empezaron antes de haber cumplido un año. Antes de los 18 años me operaron al menos cinco veces. Me pusieron anestesia, pero no me sondaron, y cuando quería orinar, sentía muchísima quemazón. Luego, entre 2004 y 2006, me operaron cuatro veces. Me dijeron que las cirugías que me habían hecho en la infancia no habían servido para nada".

"Nadie me preguntó si quería operarme […]. La decisión la tomó un tercero, y no tuve la oportunidad de expresar mi opinión. Me operaron y, aunque para mí ya es tarde, no hablar sería apoyar las intervenciones quirúrgicas, y sólo puedo cambiar las cosas si me pronuncio".

Padres de Johannes, Alemania

Johannes nació en 2013 y fue sometido a una operación de hipospadias en 2014 y 2015. "No recibimos apoyo psicológico ni asistencia posterior. Johannes tiene mucho miedo a raíz de las operaciones por las que ha pasado. Tiene dificultades para dormir. No nos han proporcionado ningún apoyo psicológico para él. Tomamos la iniciativa de buscar métodos curativos alternativos. Ahora, casi cuatro años después, estamos haciendo una terapia familiar para superar el trauma", manifestó la madre.

"Me habría gustado tener un médico bien informado que nos hubiera asesorado. Antes de las operaciones estábamos muy asustados. Nos habría gustado tener un médico que nos apoyase. El pediatra no nos derivó a un psicólogo, pero me habría gustado recibir apoyo psicológico".

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