La ideología frena el acuerdo regional
martes 14 de octubre de 2008, 15:07h
Ecuador y Bolivia, no tienen la misma visión sobre libre comercio que Perú y Colombia, que buscan con mayor ahínco un acuerdo con la UE.
La cita presidencial andina en Guayaquil dejó en evidencia que las diferencias ideológicas de sus países estancan el proceso de integración de la subregión.
Aunque en el discurso Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia coincidieron en pedir a la Unión Europea (UE) una negociación diferenciada del acuerdo de asociación, en la práctica ninguno de los cuatro dieron marcha atrás en su visión de comercio.
Mientras el presidente peruano Alan García y la delegación colombiana dejaron sentada su convicción en la apertura comercial, los presidentes Rafael Correa y Evo Morales no se movieron un ápice en sus críticas al libre comercio.
Precisamente, durante la cumbre, los gobiernos de Quito y La Paz reiteraron sus cuestionamientos al capítulo comercial que incluye el acuerdo de asociación entre la CAN y la UE. Específicamente en temas como propiedad intelectual, servicios, inversiones y compras públicas.
De ahí que la resolución de la cumbre andina traslada la solución final a los países europeos. Ante la división de los andinos, la UE deberá decidir si acepta una negociación del acuerdo de asociación en bloque, pero con diferentes velocidades (Colombia y Perú a la delantera) o si acepta que a los diálogos y compromisos se llegue por la vía bilateral.
En consonancia con la resolución presidencial, Freddy Ehlers, secretario de la CAN, también buscó transferir a los europeos la responsabilidad de la falta de acuerdo entre los países andinos para negociar. “Ellos han sido muy duros, es un poco la tesis de todo o nada (...) el fundamentalismo viene también de allá (Europa), dijo ayer, en referencia a la condición de la UE de solo negociar de bloque a bloque.
Y fue el propio anfitrión, el presidente Rafael Correa, quien reconoció que la esencia del pedido de la CAN revela un distanciamiento que, de momento, resulta irreconciliable entre Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia.
”Esto no necesariamente significa el fin de la CAN, la decisión 598 permite las negociaciones bilaterales, siempre y cuando no se afecte a las normativas andinas y a los otros miembros de la región, los cuales deberán ser consultados”, enfatizó el Jefe de Estado. Sin embargo, reconoció que es obvio que esta propuesta andina debilita su integración.
En ese sentido, el Gobierno ecuatoriano repitió el discurso de Venezuela que justificó su salida de la CAN, en abril del 2006. Concluido el encuentro, Correa subrayó que el debilitamiento del bloque andino se debe a la decisión de los gobiernos de Colombia y Perú de suscribir sendos tratado de libre comercio (TLC) con los Estados Unidos.
Ese fue el argumento del presidente venezolano Hugo Chávez para abandonar la CAN, sobre la cual anticipó que “estaba herida de muerte”.
Desde Colombia, Jorge Ramírez Ocampo, experto en negociación internacional, no comprende por qué las denominadas diferencias en los niveles de desarrollo entre los cuatro países siguen siendo un obstáculo para avanzar en el acuerdo con la UE. “Por 40 años la CAN ha reconocido que Ecuador y Bolivia tienen esa condición de menor desarrollo de sus economías y en varios acuerdos, incluido el que está paralizado con la UE, se ha puesto particular interés en este tema”.
Incluso, el analista opina que se debe tomar en cuenta que tampoco es que son abismales las diferencias entre los niveles de desarrollo de Colombia y Perú con relación al Ecuador.
Ramírez cree que las nuevas reglas de juego que ha aceptado la UE, en el sentido de avanzar a dos velocidades las conversaciones del capítulo comercial, son una alternativa que favorece a todos.
En primer lugar porque Colombia y Perú caminarán con la celeridad que quieren, mientras que Ecuador y Bolivia lo harán cuando lo consideren necesario.