Lo cierto es que si echas un vistazo general a todo lo que viene sucediendo estos días y te paras a reflexionar un poco aprovechando que es domingo, no se puede afirmar que el panorama resulte especialmente alentador. Todo sigue igual -o peor- que en las épocas más turbulentas de la transición. Me refiero, lógicamente, a la política democrática cotidiana, no al paro, la inflación o el terrorismo que mataba entonces con la misma frialdad que hoy quema estaciones de trenes en Euskadi.
En Euskadi se vuelve a repetir el bloqueo sistemático del Partido Popular en ese intento de asilamiento que parece obsesionar al PSOE incapaz de mirarse en el espejo de ese mismo PP que, con mayoría absoluta, se ensimismó en su segunda legislatura y naturalmente perdió las elecciones.
Las elecciones que siguen coleando en las broncas cotidianas de los dos partidos más importantes, incapaces de olvidar que han pasado tres años y que sobre aquella jornada de reflexión, mientras todos los españoles llorábamos a los muertos del atentado de Atocha, solo los partidos políticos -los dos, el PSOE y el PP- pusieron la nota discordante y vergonzosa de hacer política sobre las lágrimas. Hoy siguen igual mientras los presuntos responsables de la matanza comparecen en juicio.
Un juicio hasta ahora sorprendente -sólo ha comenzado, lo sé- pero que ya empieza a dejar un tufillo a la sospecha de que la instrucción del caso no parece del todo ejemplar. Es posible, y todos lo deseamos, que en los próximos días y semanas los argumentos de la fiscalía y las acusaciones particulares sean más convincentes que hasta ahora y ofrezcan al tribunal la posibilidad no de creer que los acusados son culpables -que esa creencia es jurídicamente inútil- sino las bases probatorias suficientes e irrefutables de que efectivamente pueden dictar una sentencia justa.
No quiero ni pensar que no vaya a ser así, pero, por si acaso, conviene que la ciudadanía sepa la importancia que en nuestro sistema jurídico tiene para el juicio oral la instrucción del caso y, para este, la investigación policial que es la que debe aportar las pruebas necesarias. Y que nadie me venga ahora con teorías sobre la conspiración en las que no estoy. Hablo lisa y llanamente de presuntas chapuzas.
Termino de enlazar palabras porque la columna acaba aquí aunque el panorama es más amplio: desde la participación en el referéndum andaluz hasta la situación de la Justicia en dos flancos fundamentales: el nuevo ministro del ramo, que es el ministro de España no ministro del PSOE y la tragicomedia en dos actos que se desarrolla a la vez en el Constitucional y en el CGPJ. Que sigan así y verán que sorpresa nos vamos a llevar en la generales; no hablo de que gane uno u otro sino mas bien del índice de participación de un pueblo que empieza a estar hasta el moño de que 'ellos' se lo guisen y se lo coman.