Dentro de nuestros mercados, ocupa un lugar preferente el de Estados Unidos, a quien se le califica como nuestro primer socio comercial; Colombia tiene un lugar preferente, y claro, el otro vecino, Perú, y más recientemente los países integrantes de la Comunidad Europea, de los que algunos se han transformado, en recipiendarios de un flujo migratorio importante desde Ecuador.
Con EE.UU. la situación no es de lo mejor, y si bien el ATPDA ha sido renovado por un tiempo limitado, el famoso TLC sigue en veremos, lo que mantiene en jaque a nuestros exportadores. De la situación con Colombia ni hablar, continúan rotas las relaciones, no tenemos embajadores acreditados y de tiempo en tiempo hay nuevos conflictos que complican aún más nuestra relación.
Con Perú vamos por un mejor momento político, pero es notable advertir la dinamia de ese país en los temas económicos y comerciales, lo que indica que el saldo va a ser positivo más bien para el país del sur.
En cuanto a la Comunidad Europea, frente al entrampamiento e inoperancia de la CAN, acabamos de asistir a una declaración que indica que la Comunidad continuará negociando unilateralmente con Colombia y Perú un Tratado de Libre Comercio, dejando de lado a los países más conflictivos: Bolivia y Ecuador.
Un panorama nada halagüeño por cierto. Claro que aparecen como mejores las relaciones con países como Venezuela, pero nuestra balanza es deficitaria, y los exportadores ecuatorianos se quejan sobre las demoras y falta de pago de los importadores venezolanos.
Habría que desear y esperar una más lógica política de comercio exterior, que haga que en medio de toda la problemática mundial y el ajustarse los cinturones de las economías más poderosas del planeta, encontremos un rumbo que impida el colapso de numerosas empresas y la pérdida de puestos de trabajo y de calidad de vida.
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