Espías madrileños, servicios secretos castizos, ex policías al servicio de su majestad regional: si no fuera porque es un tema serio daría casi risa imaginarse un Mossad regional o una CIA en Pontejos que es donde tiene su sede la consejería de Interior de la Comunidad de Madrid.
Tanta chapuza recuerda más bien a la T.I.A y a Mortadelo y Filemón. La trama que presuntamente apunta a Francisco Granados como nueva ‘Miss Moneypenny’ al frente de un servicio secreto con licencia para extorsionar tiene como fuente básica de la información al jefe de los supuestos espías. Un James Bond que reconoce que es el jefe de espías. Así: sin torturas ni nada, sin un acto heroico que llevarse a la boda. ¡una birria de espía, un espía de pacotilla que reconoce que lo es y que da detalles de lo que hace y como lo hace!.
Es casi como un monólogo de Gila. De aquellos de "¿es el enemigo? que se ponga" o “¿Tú que tal matas? Pues yo flojito”. Por no recordar uno de espías que llegaba a la puerta del enemigo y le decía: “soy el espía: vengo a tirar la bomba”. Y el comandante enemigo le respondía "A ver si vas a dar a alguien, gracioso".
Pues eso. Historias de espías, o de serie de policías-chapuza al mejor estilo Los Hombres de Paco. La verdad es que los guionistas de estas series deberían trabajar gratis. Es abrir un periódico un lunes por la mañana y te llueven ideas para hacer tres temporadas completas. Así cualquiera.