Un total de 10.100 usuarios utilizaron el año pasado el punto limpio móvil del Ayuntamiento de Santander, lo que permitió recoger 31.434 kilos de residuos contaminantes de origen doméstico, según ha explicado este martes la concejala de Medio Ambiente, Carmen Ruiz.
Este servicio, puesto en marcha en 2005, ha experimentado desde el inicio de su actividad un crecimiento del 495 por ciento, al pasar de los 5.277 kilos recogidos hace cuatro años a los 31.434 kilos de 2008.
Ruiz ha recordado que este servicio es gratuito y se realiza a través de un vehículo equipado con contenedores especiales para residuos contaminantes de origen doméstico como aceites, ropa usada, barnices y pinturas, pilas y baterías, lámparas y fluorescentes, medicamentos, productos de limpieza, teléfonos móviles, fitosanitarios y desechables de impresión.
El punto limpio móvil efectúa una ruta regular por toda la ciudad, para llegar a todos los barrios, con lo que el año pasado recorrió 5.701 kilómetros, un 35 por ciento más que el año anterior.
Ruiz ha considerado que estos datos reflejan la "cada vez mayor implicación ciudadana y la gran respuesta de los santanderinos, concienciados cada día más con la protección y preservación del medio ambiente".
En este sentido, destacó que la importancia de la recuperación y reciclaje de algunos de estos componentes de los residuos, que aunque representan un porcentaje bajo sobre el total, "si no se tratan adecuadamente son muy dañinos para el medio ambiente".
Reciclado
De los residuos recogidos el año pasado, destacan 13.175 litros de aceite, 14.651 kilos de ropa usada, 759,3 de barnices y pinturas, 262,75 de lámparas y fluorescentes, 106,3 kilos de productos de limpieza y 47,5 kilos de productos fitosanitarios.
Los teléfonos móviles reciclados a través de este sistema alcanzaron los 435,6 kilos y los productos de impresión desechables llegaron a los 274,7 kilos.
La concejala ha explicado que la ropa usada recogida se destina a Cáritas, para su posterior empleo, mientras que los cartuchos de impresión y los desechables se entregan en la Asociación Cántabra Pro Salud Mental (Ascasam) y a Columbia para reutilizarlos. Los teléfonos móviles, por otra parte, son enviados a la organización humanitaria Entreculturas, que se encarga de su recuperación.