El periodista Miguel Ángel Almodóvar y el cocinero Chema de Isidro demuestran en el libro "Las Recetas del Cid" que la cocina madrileña existe con la puesta en práctica de recetas rescatadas por el escritor de los recetarios históricos. Almodóvar explicó que la sopa de cebolla, por ejemplo, es un plato que quizás se tomara antes en Madrid que en París, ya que la trajo María Luisa, la primera esposa de Felipe V, quien la había descubierto en el mercado parisino de Les Halles.
Esta mezcolanza de culturas también se aprecia en la alboronía, nombre que procede del árabe y que hace referencia a "cierto manjar", pudo ser el origen del pisto, se servía diariamente en el Madrid de los siglos XVI y XVII y se elabora con ternera, berenjenas, zanahoria, cebolla, piñones y arroz.

Otro de los platos que Almodóvar atribuye a la culinaria capitalina es el gigote de San Isidro, un guiso frío de carne de cordero, liebre o conejo con una salsa llamada prebada y que fue muy popular en el Madrid desde el siglo XVII hasta el XIX.
Este plato se tomaba en las meriendas, fiestas campestres y romerías y una copla madrileña recuerda que "A San Isidro he ido y he merendao, más de cuatro quisieran lo que ha sobrao. Ha sobrao gigote y empanadillas, un capón, cuatro huevos y tres tortillas".
Con esta investigación, Miguel Ángel Almodóvar pretende revelar que la cocina madrileña existe y que no se limita al cocido, a los callos y al besugo, sino que goza de una idiosincrasia propia.
Además, el periodista ha encontrado como aliado al cocinero Chema de Isidro, quien ha incorporado alguno de estos platos a la carta de su restaurante "Bella Lola" en la madrileña calle de Duque de Sesto.