El Nazareno de San Pablo es una de las imágenes más veneradas en el país y aunque no se tiene una referencia cronológica exacta sobre la llegada del Nazareno en Venezuela, se calcula que su origen podría ser posterior a 1656.
Cuenta la historia que en 1696, cuando la peste amarilla azotaba Caracas, el pueblo decidió sacar la imagen en procesión y tropezó en la esquina de Miraflores con un limonero, del cual se desprendieron los frutos con los cuales se elaboró una bebida que dio la cura inmediata a las personas que padecían la enfermedad.
Desde entonces, el pueblo le hace promesas al Nazareno de San Pablo a cambio de sus favores, de sus milagros, de su misericordia y de su perdón.