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Análisis de Alfonso Ramos

Triatlón: ¿qué es un Iron Man?

Triatlón: ¿qué es un Iron Man?

miércoles 27 de mayo de 2009, 15:03h

Acabo de volver de un fin de semana largo, desde el jueves hasta hoy y todavía estoy bajo el impacto

emocional de lo que he presenciado; por diversas circunstancias he tenido la oportunidad de presenciar “in situ” un espectáculo deportivo que no se asemeja en nada a los tradicionales con los que nos bombardean a diario los medios de comunicación; he estado en la bonita isla de Lanzarote, presenciando y acompañando el IRON MAN de Lanzarote.

Seguro que la mayoría de Vdes. se preguntan qué es un “IRON MAN”, pues pocas personas tienen conocimiento de esta modalidad atlética que desde mi modesto punto de vista reúne todas las virtudes del verdadero deporte. Quizá hayan escuchado hablar del TRIATLÓN, una competición en la que los competidores deben abordar sucesivamente y sin solución de continuidad tres pruebas: natación, ciclismo y carrera a pié. Las distancias a cubrir depende de la modalidad que se adopte, pero son importantes; pues bien, el IRON MAN, es un TRIATLÓN llevado hasta sus máximas consecuencias, y sino, juzguen ustedes mismos: 3,8 km. de natación en el mar, 180 km. de bicicleta y 42,2 km. de carrera a pié (es la distancia de un maratón).

Realmente hay que ser un “hombre de hierro” un IRON MAN, para cubrir consecutivamente las tres pruebas y llegar vivo al final de ellas.

La razón última de estas líneas es ensalzar a los aproximadamente 1.350 hombres y mujeres que el pasado fin de semana compitieron en esta prueba; había inscritos atletas de España, Bélgica, Finlandia, Estonia, Alemania, Inglaterra, Escocia, Francia, Portugal, Suiza, Suecia, Holanda, Eslovenia, Canadá, Estados Unidos, Rusia, Gales, Dinamarca, Nueva Zelanda, Austria, Irlanda del Norte, México, Senegal, Ecuador, Croacia, Islas del Canal, Italia, Argentina, Uruguay, Noruega, Paraguay, República de Irlanda, Sudáfrica, Luxemburgo, Brasil, Bulgaria, Australia, Colombia, Grecia, Argelia, ….. no se si me habré olvidado de alguna nacionalidad. Sus edades?, entre 18 y 74 años; sus profesiones?, ingenieros, bomberos, marineros, dentistas, mecánicos, profesores, electricistas, contables … se haría interminable la lista.

No es mi intención referirme a los mas o menos 50 atletas, hombres y mujeres profesionales, que lo único que hacían era cumplir con su obligación e intentar ganarse el “cocido” compitiendo para llevarse un premio, pues esta prueba forma parte de su actividad profesional; a quien me quiero referir es al resto, a los otros 1.300 héroes desconocidos que, pagándose la inscripción, el viaje en avión, el alojamiento y la manutención, han hecho que los miles de espectadores que hemos estado contemplando su sufrimiento a lo largo de la prueba disfrutáramos de un espectáculo increíble.


Como aperitivo, la primera prueba, los 3,8 km nadando en el Atlántico en aguas de la playa del Puerto del Carmen eran solo los prolegómenos de una durísima jornada que comenzaba a las 6 de la mañana en los boxes, que arrancaba con la salida a las 7 de la mañana y terminaba casi nueve horas mas tarde para el ganador y diecisiete horas, si, han entendido bien DIECISIETE HORAS después para el último clasificado, para el último que con la satisfacción expresada en su rostro cruzaba la meta y en su fuero interno se gritaba: yo también soy un “finisher”, yo también he acabado.

Tras la natación llegaba la etapa de la bicicleta; era un espectáculo, ver 1.300 bicicletas alineadas en perfecta formación, algunas verdaderas preciosidades, esperando a que sus respectivos competidores las tomaran del sillín y emprendieran una frenética carrera hasta el punto de salida con la perspectiva de cabalgar juntos durante los siguientes 180 km.

Yo tuve el privilegio de hacer el recorrido en coche y les aseguro que sufrí viendo los rostros en algunos casos desencajados de estos atletas cuando coronaban las larguísimas subidas del trazado marcado por la organización; por algo dicen los expertos que el de Lanzarote posiblemente sea el IRON MAN mas duro del mundo; el circuito trazado era prácticamente recorrer a lo ancho y a lo largo toda la preciosa isla de Lanzarote, desde el Puerto del Carmen al Parque Natural del Timanfaya, siguiendo por Tinajo, La Santa, Teguise, Mirador de Haría, Mirador del Río (fantástica vista sobre la Isla Graciosa), y retornando hacia el sur otra vez hacia Puerto del Carmen después de pasar por el monumento al Campesino; en fin, una preciosidad de recorrido pero del cual me temo que los atletas no han podido disfrutar demasiado.

Les aseguro que en una de las paradas que hice para ver pasar la carrera al lado de un campo eólico, creo que cerca del mirador de Haría, donde el viento soplaba con fuerza, se me ponían los pelos de punta al observar que después de varios km. de dura subida, aún no se divisaba donde acababa ésta.

Bien, así de “fácil”, después de 180 km. llegamos a la meta, dejamos la bicicleta que solícitamente nos recogen los miembros de la organización (fantástica organización), y como el que no quiere la cosa nos enfundamos nuestras zapatillas de correr y nos lanzamos a hacer los “últimos” 42,2 km por las calles del Puerto del Carmen; que les parece? Tengo o no razones para ensalzar a estos hombres y mujeres que a cambio tan solo de la satisfacción personal son capaces de llegar a límites extenuantes?

Evidentemente, la llegada a la meta de la prueba ciclista se produce a lo largo de varias horas; no es ésta una prueba en la que los participantes van en un dynamico pelotón, sino que, como dirían los comentaristas especializados, la “serpiente multicolor” se extiende a lo largo de los prácticamente 180 km de la prueba; no importa la diferencia entre el primero y el último, lo importante es llegar dentro del horario de control que se cerraba a las 12 de la noche (se abrió a las 7 de la mañana).

La última prueba, el maratón, es el colofón a la competición; algunos atletas (porque todos los participantes merecen ser llamados atletas) hacen los últimos km. sufriendo, algunos simplemente caminan en los repechos y se dejan caer en las cuestas abajo, pero da igual lo importante es llegar, es terminar, es ser un “finisher”.

Estuve presente en la meta cuando iban llegando después de los 42,2 km; algunos extenuados necesitaron inmediata asistencia sanitaria, otros tenían incluso ánimo para acelerar su carrera ante la vista del final ansiado, pero para mi sorpresa, la mayoría llegaba con una amplia sonrisa en los labios y entonces empezó a suceder algo que no había presenciado nunca antes de acabar una competición: muchos de ellos se paraban unos metros antes de la llegada, reclamaban la presencia de sus familiares mas allegados, padres, hermanos, hijos, novias….y hacían junto a ellos los últimos metros del recorrido para recoger su medalla junto a sus seres queridos…fue algo francamente emocionante; hubo quién miró hacia el cielo como con un sentimiento de ofrecimiento hacia alguien que desde arriba seguro que no faltó a la cita.

En fin, no creo que haga falta mucho mas para entender el porqué he vuelto de Lanzarote con la sensación de haber presenciado un espectáculo que nunca se me borrará de mis recuerdos, un espectáculo de máximo esfuerzo, de una total concentración física y mental, yo diría que de la máxima expresión de lo que es el deporte por el deporte; algo que en estos tiempos donde lo único que prima es el esfuerzo a cambio de algo material, de repente me he encontrado con unos cientos de hombres y mujeres capaces de darlo todo solo a cambio de su satisfacción íntima y personal, algo que nunca nada ni nadie podrá arrancarles jamás: YO SOY UN IRON MAN, YO SOY UN FINISHER, YO HE HECHO EL IRON MAN DE LANZAROTE…….

Ah, que no se me olvide, desde mi perspectiva de espectador, “sombrerazo” para los cientos de colaboradores voluntarios que han hecho que todos nos sintiéramos como en casa, para la Guardia Civil que ha hecho un despliegue para garantizar la seguridad de todos los participantes y espectadores, para la Cruz Roja, atentos y solícitos en todo momento para auxiliar a quién lo necesitaba y para terminar al Director de la Carrera (que ya no es ningún chaval) que estuvo al “pié del cañón” durante todo el acontecimiento deportivo entregando al final las medallas a todos los que conseguían terminar.

Espero que esta pequeña reseña, elaborada por alguien que no es un profesional ni del deporte ni del periodismo, pueda contribuir a difundir esta inigualable competición y estoy seguro de que para todos será un grato descubrimiento; y si se me permite una recomendación, sobre todo teniendo en cuenta que queremos conseguir para Madrid la organización de los Juegos Olímpicos de 2.016, se la haría a nuestro querido alcalde de Madrid, D. Alberto Ruiz Gallardón, para que busque la forma de promocionar este deporte; que bonito sería tener el IRON MAN DE MADRID, el problema es que no tenemos mar, pero seguro que si se pone interés se encontrarían soluciones alternativas, pues no encuentro competición que mas pueda promocionar el olimpismo, que ésta; querer es poder. Un saludo a todos.
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