En Madrid cada vez es más frecuente ver bicicletas por la calle y cuando llega el buen tiempo no hace falta esperar mucho para encontrarse con una. Son varias las causas de esta tendencia que ha provocado que las tiendas de bicis apenas noten la crisis.
"El crecimiento en el uso de la bici es exponencial en Madrid, también porque las cifras eran muy pequeñas", afirma Iñaki Díaz de Etura, portavoz de la asociación Pedalibre. Por su parte, Paz González la delegada de Obras del Ayuntamiento, el departamento responsable de la creación de infraestructuras ciclistas, matiza que cada vez son más los usuarios que utilizan este medio de transporte "para trasladarse al trabajo o al centro de estudios y no solo los fines de semana y en lugares de esparcimiento".

Pese a que no hay cifras oficiales que reflejen estas apreciaciones, sí existen algunos datos que no dejan lugar a dudas. Según el Plan Director de Movilidad Ciclista del Ayuntamiento, el uso de la bicicleta en 2004 dentro de la capital representaba el 0,4 por ciento de los trayectos realizados dentro de la capital, mientras que en el primer Informe sobre el Estado de la Movilidad de la ciudad, publicado este mismo año, las bicicletas suponían el 0,14 por ciento de los vehículos en circulación dentro de la M-30.

Estas cifras, no obstante, podrían ser mayores, ya que estos informes no están destinados a contabilizar las bicicletas, explica Díaz, cuya asociación en un estudio de 2006 ya establecía en el 0,5 por ciento el uso de las bicis en Madrid. Aun así, aunque haya aumentado el espíritu ciclista, queda camino por recorrer hasta llegar al nivel de otras ciudades europeas, como Berlín, donde ya hace años se alcanzaba el 10 por ciento.
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"Las becas Erasmus y la mayor movilidad por Europa, con las vuelos de bajo coste, han impulsado mucho el uso de las bicis en Madrid", indica Maribel Otero de Ciclos Otero, una de las tiendas de bicicletas más antiguas de Madrid. Pero, además, apunta que la gente está cada vez más sensibilizada con el medio ambiente. También influye "que las asociaciones han puesto las bicis en las calles", indica el portavoz de Pedalibre.

El uso de la bici se está extendiendo y eso que en Madrid aún no existe una malla de redes ciclistas como en otras ciudades. Son los propios ciudadanos los que poco a poco se van animando a coger sus bicis aunque tengan que subir la Castellana pedaleando entre coches. A estas razones se suma el cambio de discurso político.
Más sensibilidad
"Madrid no es ciudad para bicicletas", le dijo un día el ex alcalde José María Álvarez del Manzano a Maribel Otero. "Ahora veo cierta sensibilidad hacia la bici en la política local, otra cosa es que los resultados se vean de inmediato", añade Otero. También Pedalibre señala que las administraciones han cambiado su mensaje y "ya no es raro ir en bicicleta por la ciudad".

Pero el discurso también ha empezado a transformarse en hechos. Para empezar, Madrid cuenta con un anillo ciclista de 65 kilómetros que rodea la ciudad desde hace dos años. Rafel Gómez de Ciclos Otero señala que hubo un aumento de la venta de bicis tras su inauguración y que desde entonces se han mantenido.
En Bicimanía, otra tienda madrileña, también empezaron a aumentar las ventas de bicicletas urbanas hace dos años y ahora apenas notan la crisis. Por su parte en Ciclos Otero afirman que no han experimentado ningún aumento en los últimos años porque ellos siempre han estado enfocados a la bicicleta urbana, que junto a las plegables, son la tendencia para la ciudad.

Aparte del Anillo Ciclista en Madrid hay alrededor de 150 kilómetros en servicio en la actualidad y más de 40 en ejecución, pero el problema es que no están conectados entre sí. Crear una malla urbana con 575 kilómetros de carriles bici es el objetivo del Plan Director Ciclista, como recuerda Paz González. El compromiso es que estén en 2016, aunque "si se puede anticipar se hará".