Una enfermera apartada y una muerte por resolver
martes 14 de julio de 2009, 21:12h
La muerte del pequeño Rayán ha desatado la polémica por las responsabilidades. La enfermera que lo alimentaba ha sido apartada de sus funciones, mientras la Fiscalía y el Defensor del Pueblo han abierto sendas investigaciones.
Mientras la familia del bebé y de Dalilah continúa con los trámites para la repatriación del cadáver del bebé, arrecia la polémica sobre la depuración de responsabilidades. La presidenta regional, Esperanza Aguirre, ya anunció que llevaría la investigación hasta sus últimas consecuencias; la Fiscalía ha abierto diligencias para esclarecer los hechos; y el Defensor del Pueblo ha iniciado un expediente con el caso. La propia familia podría denunciar, siguiendo los consejos de la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes (ATIME), al Hospital Gregorio Marañón por lo sucedido.
Todavía se desconocen los resultados de la autopsia, aunque ya nadie parece dudar de que fue un error médico —le suministraron alimento por vía intravenosa— lo que le provocó la muerte. La enfermera que lo hizo —pero no la que la supervisaba, como anunció el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, en un principio— ha sido apartada de sus funciones mientras se desarrolla la investigación interna en el Gregorio Marañón. Tendrá a su disposición los servicios técnicos y jurídicos del Colegio de Enfermería para defenderse durante el proceso.
Sus compañeros del Comité de Empresa la apoyan. Dicen que, en todo caso, la responsabilidad sería del hospital, no de la profesional, y arremeten contra la gerencia del centro sanitario por "eludir responsabilidades". También reclamó un "análisis detallado, profundo y exhaustivo de las condiciones organizativas en las que se ha producido dicho incidente".
Condiciones laborales
La enfermera pasaba su primer día con neonatos y el Sindicato de Enfermería SATSE asegura que "solo el 5 por ciento de los profesionales se atrevería a trabajar en Neonatología sin formación previa". El sindicato cuestionó la gestión que el hospital haya hecho de sus profesionales, agravada por la llegada del período vacacional, y pidió "comprensión" con la enfermera .
Los sindicatos coinciden en destacar la alta cualificación de los profesionales y la calidad del sistema sanitario, "uno de los mejores del mundo", y tildan el error de "suceso aislado" en medio de un excelente quehacer diario. Aun así, piden a Sanidad y a la dirección del Gregorio Marañón que pongan todos los medios necesarios para evitar que vuelvan a producirse sucesos como este.
Más duros se han mostrado la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid, que dijo que en un contexto de precariedad laboral y déficit de médicos "se puede cometer el error que ha llevado a la muerte de Rayán"; y la Asociación Defensor del Paciente, que pidió la dimisión del gerente del hospital por "acusar públicamente a una enfermera sin entonar antes el 'mea culpa' por mala gestión".
Para la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad Pública de Madrid (CAS), esta situación "se veía venir" por "el desmantelamiento de la sanidad pública madrileña". El secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Tomás Gómez, concluyó que el suceso es una "señal de que la sanidad madrileña no va por buenos derroteros".