El aparato, un avión de fabricación rusa Ilyushin Il-62M, tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia debido a problemas que por el momento se desconocen. Según esta cadena, a bordo del aparato, que había partido de Teherán y tenía como destino Mashhad, volaban 160 personas entre pasajeros y tripulantes.
El siniestro se produce menos de diez días después de que otro aparato de una compañía iraní, un Tupolev-154M, se estrellara poco después de despegar de Teherán con destino a Erevan en el noroeste del país, cobrándose la vida de las 168 personas que viajaban a bordo.