El número de personas que entre mayo y julio de este año visitó las famosas caídas de agua situadas en la frontera entre Brasil y Argentina cayó un 27% frente al mismo período de 2008, según cálculos preliminares presentados por el secretario de Turismo de la ciudad brasileña de Foz do Iguazú.
Las cifras se refieren sólo al lado brasileño de la cortina de agua formada por cerca de 300 cascadas, ya que se desconocen los números de Argentina, en donde la gripe A ha tenido una mayor expansión y provocado más víctimas.
El flujo turístico ha caído debido a la fuerte propagación de la gripe en países como Argentina y Chile, de los que proceden gran parte de los turistas, y al temor de los brasileños de viajar a regiones supuestamente afectadas por la enfermedad.
Lo irónico es que, pese a su ubicación, en la frontera con Argentina, Foz do Iguazú hasta ahora ha registrado sólo una docena de casos confirmados de la enfermedad, en su gran mayoría de extranjeros que fueron atendidos cuando estaban de visita.
Foz do Iguazú, la ciudad brasileña en la triple frontera con Argentina y Paraguay y que también cuenta como atractivo turístico con Itaipú, la mayor hidroeléctrica del mundo en operación, es uno de los principales destinos turísticos de Brasil y el año pasado recibió 1,16 millones de visitantes, la mitad de ellos extranjeros.
Pese a que una visita al Parque Nacional de Iguazú, la reserva natural brasileña en la que están ubicadas las cataratas, puede sorprender debido a las filas en la entrada y en las terrazas de observación, las quejas de los hoteleros y transportadores de Foz do Iguazú dejan claro que las cifras no son las esperadas.