Según la encuesta que desde ayer ofrecemos a nuestros lectores, una mayoría de españoles piensa que los ‘pinchazos’ telefónicos son moneda relativamente corriente en España. Sin pretensiones de que esta encuesta tenga valor demoscópico científico, lo cierto es que más del setenta por ciento de cuantos nos responden piensa que hay controles en las conversaciones telefónicas que van más allá de la estricta legalidad y necesidad. Lo que coincide con otras encuestas realizadas por Internet en otros medios informativos digitales.
Ello no obsta para que en el Partido Popular se haya abierto un debate interno acerca de la necesidad de ofrecer pruebas concretas a sus acusaciones de que el ‘aparato del Estado’ actúa contra el PP mediante escuchas telefónicas a sus dirigentes: hasta el momento, la secretaria general del PP,
Dolores de Cospedal, que ha protagonizado las imputaciones contra el PSOE, el Gobierno, la policía y los jueces, se ha limitado a referirse a informaciones aparecidas en los medios de comunicación, pero sin aportar datos más concretos que referencias genéricas. Los socialistas siguen acusando a los ‘populares’ de querer, con estas acusaciones, desviar la atención de los casos de corrupción que afectan al principal partido de oposición.
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