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Crisis en la Isla del Sol

Crisis en la Isla del Sol

martes 25 de agosto de 2009, 22:09h

Para aquellos lectores que no han tenido la oportunidad de conocer la Isla del Sol se encuentra a tres horas y media -dependiendo el trasporte público que tome- de la ciudad de La Paz; llega a Copacabana (famosa por la patrona del lugar y el santuario) y continua viaje vía lancha, una hora y media; Copacabana es la conexión con la ciudad de Puno (Perú) y otro lugares colindantes con el Lago Titikaka. Es por eso que es una localidad de tránsito, impersonal y sobre todo donde se genera mucho dinero por el movimiento turístico que tiene, razón por la cual su municipio es tan disputado por los lugareños, es como una caja registradora que funciona a la perfección, pero es sólo eso, pues no se ven mayores obras y sigue siendo una ciudad de residuos plásticos y aunque cueste creer sin agua potable estando al lado del lago, resulta curioso ¿verdad?

Copacabana, por decirlo del algún modo, tiene hegemonía sobre el resto de las provincias esto es entonces doblemente interesante sobre todo por la recaudación a nivel local, y prácticamente se centra todo ahí. Hago hincapié en esta figura, pues a mi modo de entender los conflictos provienen desde ese epicentro y nada ha de pasar si las autoridades ediles no autorizan ni permite la emancipación de iniciativas locales que podrían tener –previo estudio- un buen resultado.

Dado este triste panorama los boicots de Copacabana están a la orden del día, más aún en ausencia de alguna reglamentación de un Viceministerio de Turismo (o Culturas como le quiere nominar el actual gobierno) o Prefectura (situadas en la ciudad de La Paz) hacen la vista gorda para ciertos temas, cuando se trata de “reglamentar” a personas en muchos casos lugareños de la isla y propietarios de hostales la cosa es diferente, es ahí cuando los gobernantes mediante las representaciones correspondientes exigen la clasificación de los mismos, temas impositivos, etc o sea la ley del embudo: grande para algunos y muy angosto para otros.

Pero el panorama no termina ahí desgraciadamente, es la ignorancia y amparados además, por un gobierno que enarbola la pluriculturalidad tanto en signos como en hechos, llevan a cometer groseros errores que terminarán estrangulando en este caso al turismo, pues no hablamos de turistas VIPs que visitan el lugar -que también los hay- y son captados por operadores de turismo, sino muchileros (europeos, norteamericanos, asiáticos, latinoamericanos, etc)  que traen sus dólares, euros, contados y que mas bien vienen de retorno para irse a sus países de destino y se dan una vueltita por estos lugares pues se han informado del significado este místico lugar.

Y ud dirá a que viene tanta introducción, es que habitualmente, cuando el tiempo me lo permite, hago una especie de retiro espiritual y me alejo de todo yéndome a la isla, esta vez con una desagradable sorpresa, cuando desembarco con el resto de turistas en su mayoría extranjeros pues el nacional (ignoro razones, no conoce) se nos interpone una especie de “policía sindical” y nos hace desembolsar las cifra de Bs. 5 pese a mi nacionalidad (nacional) igual que el resto tengo que pagar los Bs. 5, me dan un recibo impreso que dice que es el derecho a visitar los “sectores turísticos”.

La isla se divide entre un sector sur y uno norte, en el sector sur donde habitualmente voy se encuentran mejores hostales y algunos ruinas que  han sido completamente descuidas, donde dicen la leyenda el gran Inca Manco Kapac descansaba para luego ir a la Isla de la Luna donde enviaban a jóvenes vírgenes para aprender el arte de la cerámica y otros menesteres.

En cambio la zona norte (Challapampa) posee el “Museo del Oro” donde encuentran piezas arqueológicas de incalculable valor, es mas recientemente hace un par de años, se gestó una expedición internacional que estuvo haciendo estudios en la zona sur de la isla donde se extrajeron piezas que hoy se encuentran a buen resguardo en las bóvedas del Banco Central de Bolivia, además donde se hicieron revelaciones como las ranas gigantes que están a mucha profundidad, esto fue cubierto por algunas cadenas internacionales.

De ese tiempo, lo lugareños de Challapampa y como era de esperarse comenzaron a cobrar el ingreso al museo como las visitas a las ruinas, hasta ahí todo comprensible, en parte, y aquí viene el problema interno que se está saliendo de control. El resto de lugares dentro de la misma isla comenzaron a reclamar de porqué ese dinero recaudado no iba en beneficio de todos y no de sólo algunos, al parecer los reclamos fueron ignorados por las autoridades del sector, tanto así que el propio gobierno central no puede hacer nada y claro en temporada  electoral nadie va a perturbar nada cuando el mercado cautivo del MAS supuestamente esta en ese segmento de la población.

El resultado es que uno de los atractivos de la Isla del Sol es caminar y ud puede o más bien podía tener libre transitabilidad de un punto a otro hasta que algún “genio” comunitario dijo ¿y por qué no cobramos también nosotros? Por lo tanto ud tiene que llevar “cambiadito” y pagar “peaje” como si fuera una carretera concesionada al mejor estilo del primer mundo por un camino polvoriento donde lo único que hace es gastar la suela de sus zapatos.

Por su puesto las reacciones de los turistas “neoliberales” no se hacen esperar, hacen su reclamo, en su medio castellano en muchos casos, agarran sus pilchas y salen despavoridos de un lugar mágico a una especie de robo con antifaz.

Este fue el motivo que me llevo a escribir esta nota porque he visto cosas insólitas pero esta sin duda no tiene precedentes. Es como decir es la mala forma de aplicar los conceptos autonómicos y además amparados y viabilizados por un gobierno caudillista que más bien aplaude estas acciones heroicas contra el colonialismo, a tal llega la brutalidad que no se dan cuenta que están matando la “gallina de los huevos de oro”, todos felices porque la ignorancia es atrevida y están viendo ingresos y como dicen “están agarrando dinero” pero cuánto tiempo más va ser sostenible esta situación, sólo el tata Inti sabe.

Un país donde este es una ralla más al tigre, pues si de abusos hablamos este es el mal menor, cómo, me pregunto, se pretende progresar por la vía más fácil, sin el mayor esfuerzo y sobre todo sumidos en una ignorancia producto de la viveza criolla de algunos tendrán que pagar otros entre ellos gente (lugareños) honesta que quieren trabajar y quieren hacerlo de la única forma que se conoce: honestamente.


Es un visitante desinteresado y encantado de la Isla del Sol.

 


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