Finalmente el Banco Central ha corregido a la baja sus previsiones de crecimiento para 2009. Hasta hace poco, esta institución preveía (o decía prever) que este año la economía ecuatoriana crecerá en 3,15%, tasa superior al -2% calculado por el Fondo Monetario Internacional o al 0% establecido por la CEPAL. Ahora el Banco Central calcula que el crecimiento será de 1%, tasa que a la luz de los resultados del primer trimestre aún puede considerarse optimista, pero que, en todo caso, es mucho más prudente y confiable que la anterior.
En el archivo actualizado de previsiones económicas el Central presenta sus perspectivas a nivel de industria. Según estos datos, en 2009 tres importantes sectores económicos mostrarán decrecimientos en su producción: Explotación de minas y canteras (básicamente petróleo), Construcción y otros servicios, que incluye hoteles, comunicaciones, salud, educación, entre otros.
La caída que se pronostica para el sector petrolero es consecuencia directa de acciones del Gobierno. La manera en que se ha querido renegociar los contratos con las empresas privadas ha provocado que éstas limiten su inversión con el consecuente impacto sobre la producción.
El golpe de la recesión económica sobre el sector de la Construcción también podría haber sido menor si el Gobierno, en lugar de feriarse el dinero el año pasado, hubiera generado ahorros con los que hacer frente a la caída de los ingresos públicos, de manera que el recorte del gasto no hubiera sido tan brusco.
Para ciertos sectores que presentaron caídas en el primer trimestre, como Industria manufacturera o Intermediación financiera, el Banco Central pronostica crecimientos para el año completo.
Estas previsiones deberán ser analizadas con detenimiento. Aún así, es bueno que el Banco Central, cuya credibilidad se encuentra sobre el tapete ahora que no es más que otra dependencia del Ejecutivo, haya revisado sus previsiones de crecimiento. Y aunque podrían haberlo hecho hace varios meses, más vale tarde que nunca.
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