Tras los tránsfugas, más lío
Lo último en subasta: la sede del PP de Benidorm
lunes 21 de septiembre de 2009, 12:43h
Por si no fuera poco para el PP la moción de censura protagonizada por la madre de Leire Pajín que les arrebatará la Alcaldía de Benidorm, la agrupación local de este municipio se encuentra inmersa en un litigio judicial que no deja de tener su guasa: resulta que la quinta parte de su sede es propiedad de… unos empresarios de Extremadura que la adquirieron a través de una subasta. La realidad, ciertamente, supera la ficción.
La culpa de todo la tiene un matrimonio mal avenido que acabó en divorcio. Resulta que la sede del PP de Benidorm, en Alicante, con una extensión de unos cien metros cuadrados en la segunda planta de un edificio de la Plaza Mayor, fue adquirida en su día por cinco propietarios: el ex alcalde, es presidente autonómico y ex ministro Eduardo Zaplana; su suegro, Miguel Barceló; el diputado nacional por Alicante Francisco Murcia Barceló; el ex concejal Antonio Botella, y el militante popular Salvador Galiana.
Hasta ahí, todo normal. Pero, con tanto propietario formal, claro, pueden sobrevenir inesperados avatares, como así ha ocurrido, según ha sabido Diariocrítico de fuentes populares de la Comunidad Valenciana; avatares que pasan hasta por inesperados divorcios.
Es lo que ocurrió, según nuestras fuentes, con uno de los propietarios de la sede del PP, el diputado Francisco Murcia, que estaba casado con su ya ex mujer en régimen de gananciales, de la cual se divorció. En su momento hubo que proceder al reparto, y la ex mujer de Murcia se quedó con la quinta parte de la propiedad inmobiliaria que hace de sede del PP. Esa parte salió a subasta como consecuencia de un embargo.
Lo curioso es que nadie se enteró de esta situación anómala y la la quinta parte de esa sede acabó en manos de unos empresarios de Badajoz, habituales en las subastas inmobiliarias. Sin que nadie observara el cambio, el PP se convirtió de repente en 'socio' inmobiliario de unos empresarios extremeños durante los mandatos políticos de Manuel Pérez Fenoll y de Francisco Pérez.
Ahora bien, cuando Gema Amor sucedió a los anteriores al frente de la gestión y conoció esta circunstancia quiso recuperar la propiedad total del local: trasladó el caso al comité local del partido, puso el asunto en manos de un abogado y decidió negociar con los subasteros. Pero eran los momentos del boom inmobiliario, y los extremeños reclamaron una cantidad astronómica. No hubo acuerdo y el PP denunció la situación ante la justicia, pero la primera sentencia dio la razón a los subasteros: la sede del PP es propiedad suya en una quinta parte.
La actual dirección se plantea continuar con el procedimiento para recuperar la totalidad de la propiedad del local. De momento, según bromean en el PP alicantino, los copropietarios extremeños no han solicitado el derecho a participar en las reuniones internas. Algo es algo.