En vísperas de su anunciada intervención ante el Comité Ejecutivo de su partido, el PP,
Mariano Rajoy conseguía que se alinearan en torno a su persona y su liderazgo los dos "barones" que más problemas le han venido dando, el valenciano Camps y la madrileña
Aguirre. Uno y la otra anunciaban ya los cambios de actitud que se les habían venido reclamando: Camps modificaba la dirección del partido y Aguirre daba finalmente su apoyo a la candidatura de Rato y su vicepresidente
Ignacio González, al dar también su apoyo a Rato, dejaba paso a la solución del problema.
¿Esto era todo? No, pero sí dos señales de visible compromiso para ceñirse a las instrucciones de un líder harto de las ocurrencias de algunos de sus "altivos barones". No era todo lo que hubiera querido, ciertamente, pero era el comienzo de unos nuevos planteamientos para enderezar el camino hacia la
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Moncloa, que Rajoy pretende recorrer de aquí a 2012, con la importante parada previa de las autonómicas y municipales de 2011. Quedan otros frentes, como el silencio de
Aznar, que también suele colaborar al desmadre generalizado que a menudo ha proporcionado el PP.
¿Está satisfecho Rajoy con estos cambios de Valencia y Madrid? Cuentan en sus inmediaciones que Rajoy daba ayer su aprobación a ambos cambios, toda vez que, por lo que se refiere a los decididos por Camps, ayudan a erradicar "la incertidumbre" que se había creado en la dirección de los 'populares' valencianos. Según las mismas fuentes, el líder del PP ha expresado directamente a Camps su visto bueno a los cambios que el presidente de la Generalitat y del partido ha oficializado en el seno del Comité Ejecutivo regional, unos cambios que colocan a
Antonio Clemente como secretario general del partido en Valencia, a
Rafael Blasco como portavoz del grupo parlamentario, a
José Císcar como vicesecretario de la formación, a Alberto Fabra como coordinador general y a
Juan Cotino como coordinador entre la organización y el Consell.
La dirección nacional encabezada por Rajoy "avala", por consiguiente, tales modificaciones en la estructura del PPCV, y más cuando la iniciativa de Camps ha contado con el respaldo de prácticamente todo el Comité Ejecutivo Regional -sólo se han registrado cuatro votos en contra, entre ellos el del presidente del partido en Alicante,
José Joaquín Ripoll, convertido en los últimos tiempos en "la oposición interna a Camps"-. Tanto Rajoy como su 'número dos', María Dolores de Cospedal, han presionado a Camps durante las últimas fechas para que acometiera una serie de cambios en el partido y a ser posible en el Consell. Sólo han logrado lo primero, pero la dirección nacional, por lo que apuntan las fuentes consultadas, se da por satisfecha.
El objetivo de Rajoy y Cospedal consistía en convencer a Camps de que diera al 'caso Gürtel' una respuesta de mayor calado político. Génova se vio en la necesidad de acelerar el proceso con la intermediación de los presidentes provinciales del PP valenciano, Ripoll,
Fabra y
Rus. Otra de las personas con las que la dirección nacional ha mantenido algún que otro contacto ha sido con la alcaldesa valenciana,
Rita Barberá. Por lo que se refiere a Madrid, resulta evidente que Esperanza Aguirre también ha cedido y ha prescindido de su candidato González, a quien agradeció su nuevo servicio a los madrileños y a los españoles", según dijo. Parece que González ya se había hecho ilusión con Caja Madrid y le costó renunciar...
La otra parte del acuerdo que espera alcanzar Aguirre son las disculpas, por lo menos, de
Manuel Cobo, el hombre de
Gallardón. Este será "examinado" por el Comité de Derechos y Garantías del PP, este miércoles, y a partir de esa comparecencia se verá su disposición a aceptar una sanción o a dar marcha atrás en sus críticas a "la lideresa". Algo a lo que, de entrada, no parece nada dispuesto.