El extremeño había dejado su tarjeta de visita dos días antes en la Maestranza con unas series de naturales que impactaron en los aficionados, y aunque en esta ocasión no fueran tan limpios y continuados, toreó y midió con temple y gusto a su primer enemigo, al que sólo por aquello de que la espada cayera atravesada y necesitara del descabello sólo logró arrancar una oreja.
Y como no estaba dispuesto a dejar escapar la oportunidad y en el último de la tarde encontró toro volvió a ejecutar toreo del mejor, con tanto valor como temple, sobre una y otra mano, con desplantes toreros de excelente gusto y tan quieto como si delante no tuviera un enemigo tan voluminoso como astifino, con el que acabó además, esta vez sí, de una sola estocada. Las dos orejas y, con ello, la apertura de “la puerta”.
Pero no fue la magnífica actuación de Talavante lo único más que sobresaliente de esta corrida, en la que el director de lidia, Jesulín de Ubrique, había pasado en sus dos toros desapercibido mientras el otro compañero de cartel, Morante de la Puebla, que se despedía de la Feria, se había llevado una más que sonora bronca tras acabar con su primer toro de una estocada baja y trasera, bronca que se repitió cuando intentó participar en un quite.
Una cosa y otra debieron hacer mella en el diestro de La Puebla, que ante la sorpresa de todos arrastró su capote hasta la puerta de chiqueros para recibir a portagayola al que iba a ser su último rival en una serie que había transcurrido este año con más sombras que luces. Pero aquellas pasaron a la historia y Morante encendió éstas en una faena, de capa y muleta, menos templada que otras veces pero con mucha más valentía también que en otras ocasiones. Y logró conectar con un público que quizás como ocurría hace años con otro torero de la tierra, le abroncaba con crueldad a veces tal vez por lo mucho que esperaba de él. Una estocada casi entera bastó para que el animal muriera (con un cierto suspense) y el presidente se apresuró a concederle las dos orejas… a un mismo tiempo.
Tres van, tres, aperturas de la Puerta del Príncipe, cuando aún queda toda una semana de festejos y una nueva cita en el albero maestrante de muchas figuras, entre ellas un Manuel Jesús “El Cid” que ve cómo su hasta ahora casi segura designación como triunfador de la Feria puede peligrar por culpa de Talavante y que si es cierto el dicho de no hay quinto malo podría ser la quinta vez en su carrera que lograra abrirla.
Si (
No(
