La Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre Formas Contemporáneas de la Esclavitud está preocupada porque “la magnitud del trabajo infantil en Ecuador sigue siendo alarmante”.
Reconoce los progresos hechos por el Gobierno en lo social, pero considera, además, que “la servidumbre doméstica y la servidumbre por deuda siguen siendo grandes retos por superar”. Ambas cuestiones, de acuerdo con su criterio, obstaculizan el desarrollo del país.
La Relatora considera que es necesario para tener éxito una estrecha coordinación entre el Gobierno, la sociedad civil y las organizaciones internacionales. Pero, ¡oh sorpresa!, considera que uno de los obstáculos a vencer es la falta de financiamiento.
A contrapelo de la opinión de la Relatora Especial, las millonarias cifras de las inversiones del régimen de la revolución ciudadana y sus iniciativas han sido ampliamente publicitadas, incluso mediante costosas, reiteradas y extenuantes cadenas nacionales de radio y televisión, no se comparecen con los progresos en estas materias.
La solución, sin embargo, “es a largo plazo y requiere sistematización”, según la Relatora. Quizás lo que ha faltado a los adalides de la revolución ciudadana sea capacidad organizativa, austeridad en el manejo de los recursos, eficacia en la planificación y en el cumplimiento de los programas.
Tal vez el “entusiasmo” que suele respirarse en los ambientes “revolucionarios” les haya sobredimensionado, no el tamaño y complejidad de lo que había que hacer, sino las soluciones con las que sobre el escritorio “enfrentaban” los problemas.