A la medianoche comenzaron a llegar los fieles a la parroquia Nuestra Señora de Balvanera -santuario de San Expedito- ubicada en la esquina de Bartolomé Mitre y Azcuénaga, con plegarias y rezos para resolver cuestiones familiares y de salud.
Al promediar la tarde una multitud había llegado hasta allí con la esperanza de que se cumplan sus anhelos, algunos sobre causas legales que también favorece el santo, y para participar a las 16.30 de la procesión con su imagen por las calles del barrio, al son de la fanfarria del Regimiento de Patricios.
El obispo auxiliar y vicario general de la Aquidiócesis de Buenos Aires, monseñor Joaquín Sucunza, ofició a la 1 de la madrugada la primera misa.
Desde las seis celebraron una por hora, a las 18 comenzó la adoración al Santísimo Sacramento y el oficio central será a las 19.30 y lo encabezará el párroco, Juan Carlos Ares.
San Expedito es el patrono de los casos urgentes y también de los jóvenes, socorro de los estudiantes, mediador en procesos y juicios y protector de la familia y de los enfermos.
En la ciudad de Buenos Aires la devoción por el santo está presente en unas quince iglesias o parroquias.
En el resto del país las iglesias con la imagen del santo reciben este día a los devotos y en San Juan le rinden homenaje en la pequeña población de Bermejo, en el departamento de Caucete, unos 100 kilómetros al este de la capital provincial.
La imagen de San Expedito fue repuesta y entronizada en Blavanera el 19 de marzo de 2004, luego de que la hallara guardada en una dependencia el entonces párroco, Fabrizio Maranzana, quien sumó a esa devoción la iglesia del Dulcísimo Nombre de Jesús, en Villa Urquiza, donde ahora ejerce.
La parroquia, situada en Crisólogo Larralde y Valdenegro, recibió hoy a numerosos fieles mayormente de Belgrano, Villa Devoto y otros barrios aledaños de la zona norte.
En diálogo con Télam el padre Maranzana atribuyó esta devoción a "la necesidad de las personas en confiar en un `amigo de Jesús` que intercede por nosotros", más en este caso, en alguien "que se jugó la vida por un ideal".
San Expedito fue un soldado romano que comandaba una legión y se sintió llamado al cristianismo, una decisión que -bien sabía- podía llevarlo a la muerte, pero no quiso postergarla para tiempos más propicios y fue perseguido por el emperador Diocleciano.
Por eso se lo representa con un cuervo -imagen del mal- con la leyenda "cras" (mañana) debajo el pie derecho, y una cruz con la consigna "hodie" (hoy) en la mano, explicó el sacerdote.
Su fe lo llevó al suplicio, según consta en una acta de mártires en Armenia en torno al año 300 después de Cristo, que Maranzana citó entre los documentos más antiguos de la Iglesia católica.
"Nuestra vida -dijo- está llena de necesidad y urgencia. Y, además de la justicia de los hombres y de dar a cada uno lo que corresponde, lo que pedimos a Dios tiene que ver con lo justo: salud, paz, unidad familiar para ser feliz".
"Es justo pedir a Dios para ser feliz", afirmó el sacerdote y consideró que el eje de este culto está "plasmado en las características del santo y en la necesidad de las personas: muchas están alejadas o han perdido la fe y San Expedito les cambia el corazón, como le pasó a él".