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Jornada violenta en Nicaragua

Jornada violenta en Nicaragua

viernes 23 de abril de 2010, 09:40h

Al menos cuatro vehículos quemados y denuncias de periodistas golpeados, así como de opositores por el "secuestro" de 54 personas durante varias horas ante el asedio de seguidores del presidente Daniel Ortega, es el saldo que arrojó ayer el segundo día consecutivo de disturbios en Nicaragua.

Los incidentes se produjeron en las inmediaciones de la sede del Movimiento Vamos con Eduardo (MVE), que lidera el ex canciller y diputado opositor Eduardo Montealegre y que se mantuvo sitiada por seguidores del presidente nicaragüense desde horas de mañana.


El opositor MVE acusó a simpatizantes sandinistas de destruir los vehículos de los legisladores suplentes Francisco Valdivia y Rodolfo Silva, de la Bancada Democrática Nicaragüense (BDN), y el de un concejal aliado del movimiento de Montealegre.

En tanto, un equipo periodístico del Canal 12 de la televisión local, que daba cobertura a esos incidentes, denunció que un grupo de vándalos atacó y dañó el vehículo en el que se movilizan y habían estacionado cerca de ese lugar.

Nicaragua se encuentra sumida en una crisis institucional debido a la pugna que mantienen el oficialismo y la oposición desde que, en enero pasado, Ortega aprobó un decreto para prorrogar el mandato de funcionarios de varios poderes del Estado, a pesar de que la competencia para ello corresponde al Parlamento.

Por su parte, el periodista Nelson Hurtado, del Canal 4 de la televisión local (afín al Gobierno), y un fotógrafo del boletín digital gubernamental El 19 denunciaron que fueron agredidos por seguidores de Montealegre mientras daban cobertura a los incidentes en las afueras de la sede del MVE.

El Legislativo, que amaneció rodeado por segundo día consecutivo, no celebró su sesión plenaria hoy por falta de seguridad, después de que simpatizantes de Ortega colocaran autobuses en los alrededores para evitar el acceso de los diputados opositores.

Los legisladores oficialistas, en cambio, acusan a sus colegas opositores de boicotear el trabajo del Ejecutivo y llevar al país al caos al impedir la aprobación de leyes sociales y económicas y por no querer aceptar una sentencia dictada sólo por magistrados sandinistas que falló a favor del decreto de Ortega.

En declaraciones a Efe, Montealegre denunció que, además, de los 18 diputados opositores, se mantuvo "secuestrado" al resto del personal que colabora en la sede de esa organización.

"Lo que estamos viviendo en Nicaragua es un terrorismo de Estado", dijo Montealegre, en las oficinas del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), una organización privada, poco después de haber salido de la sede de su partido.

"Es lamentable y bochornoso que todo esto haya pasado", agregó.

El presidente de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua, Manuel Martínez, denunció que está siendo amenazado vía telefónica y correos electrónicos por desconocidos.

El magistrado liberal consideró que quieren "atemorizarlo" para que dimita de su cargo y no descartó pedir a la Policía Nacional -donde aún no ha puesto la denuncia- escoltas de refuerzo porque las amenazas "podrían ser serias y no broma".

Entretanto, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, expresó su profunda preocupación por los incidentes ocurridos en Managua.

Insulza defendió, en un comunicado, "la necesidad de preservar la institucionalidad y respetar a las distintas autoridades constituidas".

En busca del entendimiento, el dirigente instó a "resolver las diferencias políticas, particularmente entre los Poderes del Estado, por medio del diálogo y conforme a los procedimientos previstos en la legislación nacional".

Mientras tanto, la Policía de Nicaragua aseguró que está haciendo un manejo "prudente y responsable" de la crisis que vive el país para evitar un derramamiento de sangre, después de que seguidores de Ortega, protagonizaran una nueva jornada de incidentes en Managua.

"La actitud nuestra es una actitud responsable y prudente por garantizar la vida", dijo a Efe la portavoz policial, Vilma Reyes, al asegurar que la institución "tiene un manejo prudente y responsable del conflicto en las calles para evitar un derramamiento de sangre".

Reyes rechazó las críticas de la oposición, que acusa a la Policía de permitir los disturbios de ayer.

Aseguró que la Policía "no ha cesado en ningún momento de garantizar la seguridad de los diputados", incluidos los opositores, y dijo que en conflictos políticos sociales, como calificó el actual, lo que hacen es "garantizar la vida" de las personas, evitar el derramamiento de sangre y que escale la crisis.

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