Son cosas de la política: que a veces se siembran vientos y se recogen tempestades. Y es lo que parece haberle pasado a un sector del PSC que, según nuestras informaciones, puso en marcha una especie de operación de imagen para cargarse al actual molt honorable president y primer secretario de los socialistas catalanes,
José Montilla, y aupar como candidato -según parece- al actual conseller de Economía de la Generalitat de Cataluña,
Antoni Castells.
Según rumores con grandes dosis de fiabilidad, un grupo del socialismo catalán, viendo la deriva que había tomado el tripartit y la caída en picado de Montilla, habló con un determinado relaciones públicas muy conectado en los ambientes madrileños para que, desde Madrid -cosa curiosa-, se pusiera en marcha una operación de cuestionamiento de Montilla como candidato a la reelección. Esa operación debería actuar en dos frentes: el socialista federal, en Madrid, y el interno del PSC, en Cataluña, además de en sectores socialista y económicos catalanes, creando una corriente de opinión.
La campaña, insisten determinados medios, inició sus pasos hace unos dos meses. En los mentideros madrileños se lanzo la especie de que "Montilla está acabado" y de que "el futuro del socialismo catalán es Castells", y el mensaje, repetido de círculo en círculo, sembró la alarma entre el aparatik del PSC.
Parecía que todo iba viento en popa, y que los 'conjurados' -dicen que ha habido contratos de por medio, aunque nadie sabe con exactitud si Castells siquiera lo sabía o lo bendecía- empezaban a ver cómo se cumplían las primeras fases de la supuesta campaña de sustitución. Pero, y es lo que tiene la política, entremedias estallaron tres asuntos de gran importancia:
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Primero, que la Audiencia Nacional obligara a
Baltasar Garzón a levantar el secreto de sumario del 'caso Pretoria', la supuesta trama de corrupción urbanística que salpica diversos ayuntamientos socialistas de la provincia de Barcelona y ex altos cargos del gobierno de CiU en Cataluña y por la que ya hay una docena de personas imputadas.
Segundo, que el Consejo General del Poder Judicial suspendiera al juez Garzón, lo que parece implicar que por fin se van a mover algunas cosas tanto en el 'caso Pretoria' como en el otro tan radicalmente distinto que es el 'caso Faisán' -nada tiene que ver el uno con el otro, por cierto, pero los dos son de suma importancia para la familia socialista-.
Y tercero, que los consellers de Economia, Antoni Castells, y de Política Territorial i Obres Públiques,
Joaquim Nadal, se vieran obligados a proclamar este lunes pasado su inocencia ante la dirección del PSC, después de que el levantamiento del secreto del sumario del caso Pretoria desvelara varias de las conversaciones que mantuvieron con algunos de los imputados en la supuesta trama de corrupción urbanística. Ambos aseguraron a sus compañeros de partido que "pueden estar tranquilos" porque la investigación demuestra que actuaron correctamente y que, según ellos, en ningún caso se les puede acusar de trato de favor.
Castells proclama su inocencia, y es prácticamente seguro que es inocente, pero… ya queda marcado para una posible sustitución. La operación cargarse a Montilla se ha frenado en seco.
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