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Diplomacia de riesgo

Diplomacia de riesgo

jueves 17 de junio de 2010, 19:57h
Uno de los lugares comunes entre los expertos que analizan las relaciones internacionales latinoamericanas es que la diplomacia brasileña es la más profesional de la región. Otro, que el secreto del éxito de la política exterior de Itamaraty ha sido influir como potencia regional sin pagar los costos que ello implica.

La confirmación del Brasil como potencia regional quedó evidenciada en la crisis hondureña del año pasado. Centro América ha sido una zona de influencia tradicional de los Estados Unidos y de México. La intervención de la Cancillería mexicana en los años noventa del siglo pasado fue decisiva para lograr los procesos de paz en Centro América. En el caso salvadoreño, la firma que puso fin a la guerra civil se realizó en Chapultepec con la presencia del presidente Carlos Salinas de Gortari.

Con la preocupación de Washington centrada en el Oriente Medio y de un México oscilante entre su condición de socio del Nafta y el estallido de su aguda crisis interna, el Brasil asumió en el caso hondureño su rol de potencia regional. No fue una empresa fácil ni los resultados han sido exitosos. Excepto para los que ven conspiraciones por todas partes y repiten libretos de la Guerra Fría, resulta difícil defender al mismo tiempo la democracia en Tegucigalpa y Teherán. O que la defensa que se hace de los derechos humanos es la misma en todas partes. Tampoco resulta muy convincente defender in extremis la figura del ex presidente hondureño destinado a ser un becado permanente en su condición de ícono de la democracia en el exilio a la vez que decir a los hondureños que votaron en elecciones libres que Porfirio Lobo no les representa.

El crecimiento brasileño y su pujanza han rebasado sin embargo el ámbito latinoamericano, y el Brasil se presenta como líder mundial y no solo regional.

Lula, en sus dos períodos de Gobierno, ha estado un año prácticamente fuera del país en visita a 200 países. La Cancillería brasileña cuenta, conforme analiza Günther Maihold de la Stiftung Wissenschaft und Politik de Berlín, con 1 400 diplomáticos y más de 200 representaciones en el exterior, repartidas en embajadas, consulados, misiones comerciales y delegaciones en organismos internacionales.

La apuesta del presidente Lula es que el Brasil, como líder mundial, se consolidará en el Oriente Medio y, más en concreto, con Irán con la propuesta "Un Oriente Medio libre de armas nucleares, como ocurre con nuestra querida América Latina". La figura nueva de un Brasil capaz de hacer llegar a un acuerdo, mediante el diálogo, al Gobierno iraní con los EEUU y la Unión Europea es para las grandes ligas. Con una condición implícita: que la China y Rusia sigan manteniendo su posición de terceros en el conflicto y no se sumen a las sanciones contra Irán.

La semana pasada, sin embargo, esta situación cambió drásticamente cuando las Naciones Unidas impusieron nuevas sanciones a Irán con el voto favorable de 12 países, incluidas las cinco potencias con derecho a veto, la abstención de Líbano y el voto en contra de Turquía y el Brasil. ¿La primera factura a escala mundial?


alandazu@hoy.com.ec
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