Lo de la “intercepción” de Fidel, para hacerse notar
Por Octavio Lazos Velázquez
Han transcurrido más de 5 años desde la última vez que platiqué con mi amigo de hace más de 30 años y, este momento, presuntamente emproblemado gobernador de Veracruz Fidel Herrera Beltrán, en normal, natural y quizá eso si “algo más” de campaña para hacer que su partido el PRI gane las elecciones del próximo 4 de julio.
En medio de la bataola que había en las oficinas priístas en Jalapa a eso de las 23:30 horas del domingo de la elección del 2004 a gobernador por Veracruz, en que todas las encuestas de salida lo daban ya como el ganador de la contienda contra el panista Gerardo Buganza, platiqué con Fidel, ganador aun sin anunciarlo el Instituto Electoral de Veracruz, sabíamos a pocas horas de los comicios realizados, que Herrera Beltrán, sería el sucesor de Miguel Alemán Velasco, hijo del ex presidente Miguel Alemán Valdés.
Entre lo que dialogué rápidamente aquella noche con Fidel, fue sobre las “versiones” de que no tenía buena relación con el mandatario estatal. Herrera recordó que este columnista lo había destapado desde 2003, como el “Delfín” de Alemán Valdés. Y en ese mismo tono chisporroteante con el que habla en sus conversaciones, Fidel me dijo que sin el apoyo del Ejecutivo Estatal –Alemán Valdés-, no hubiera ni siquiera podido aspirar a ser presidente municipal de Nopaltepec. Con todo y que ya no se vivía el presidencialismo omnímodo priísta, que imperó hasta el 2000 en que Vicente Fox llegó a la presidencia de la República, pero se trasladó a diferentes factores reales de poder, entre ellos, los mandatarios estatales.
Si bien era cierto que Herrera Beltrán había tenido que hacer una intensa campaña, hasta sudar la camiseta y en donde peleó esforzadamente la gobernatura con el ahora ex panista Buganza, en realidad nunca existió veto alguno por parte de un Miguel Alemán Velasco, todo ortodoxo, cuidadoso de las formas y de la institucionalidad, a grado tal, que hasta los periodistas comentábamos que “no apoyaba a Fidel”, siendo que reitero, Herrera Beltrán fue desde siempre su “Delfín”, tal lo publicó este columnista mucho antes de que las fuerzas vivas priístas se pronunciaran por “El Negro”… con el apoyo de Alemán.
Nos despedimos aquella noche con un detalle de Fidel. Como si estuviera jugando al béisbol, me lanzó hecha bola una de sus chamarras de campaña y me dijo que se la regresara cuando terminara su gobierno en Jalapa. Me conoce y lo conozco. El sabía que iba a estar muy ocupado para recibirme en Jalapa, “en la antesala de la Presidencia”. Yo conocía de antemano que se le iban a subir los humos a la cabeza, o como quien dice, se iba a trepar en tres ladrillos, al lograr lo que ni siendo oficial mayor de la Cámara de Diputados, ni director del FONHAPO, ni gente de las confianzas de Chirinos, o Senador y era ser gobernador de Veracruz, por lo que tanto luchó.
Celebro no hablar tenido comunicación con mi amigo Fidel Herrera Beltrán en estos últimos 5 años, pues al margen de que hizo un buen gobierno en Veracruz, es innegable que sus aspiraciones presidencialistas, nunca estuvieron sustentadas en la realidad. Y él no habría soportado que se lo dijese, ni yo que le aprecio bien, me hubiese abstenido de comentárselo, más allá de que ahora sea gobernador saliente de Veracruz o diputado por Nopaltepec.
Vuelvo a esta historia sobre mi amigo Fidel, pues, ahora que anda de boca en boca, por presuntas “grabaciones interceptadas”, tengo que decir: el mandatario estatal veracruzano no es ningún novato, para andar dejándose grabar. Quien está en, o cerca del poder, sabe que el teléfono puede llegar a ser su peor enemigo.
Fidel, es un profesional de la política. Y de lo que ahora le platico, es que se dejó grabar para hacerse notar, aun ante su “Delfín” Duarte, pues las encuestas no dieron para sus aspiraciones presidencialistas, y ahora Fidel quiere la dirigencia nacional del PRI, que buscará ante Emilio Gamboa.
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