Caos circulatorio en la estación de Sants
lunes 02 de agosto de 2010, 00:12h
Durante las vacaciones se incrementa de forma notoria el número de viajeros que transitan por la Estación de Sants y se hace aún más evidente la deficiente ordenación del tránsito en la zona, así como otros déficits de accesibilidad, movilidad y confort. Los turistas que visitan por primera vez nuestra ciudad, lógicamente desorientados, caminan arrastrando sus maletas en búsqueda de un taxi y salen por cualquiera de las dos fachadas. Los que lo hacen por la salida de la plaza Països Catalans observan asombrados una gran explanada, un gran parking de motos ...y cero taxis esperando. Trastean con sus maletas de un lado a otro hasta que algún buen samaritano les informa que la parada de taxis está anulada y deben dirigirse a la plaza Joan Peiró. Nuevamente atraviesan la estación y al llegar a la salida tienen que andar más de 15 metros cruzando la plaza hasta llegar a la parada. Cuando llueve, se empapan ya que tienen las manos ocupadas y no pueden aguantar un paraguas. La ducha sigue debajo del “minicobertizo” de la parada. “La amplia y bien cubierta acera que hay junto a la estación sólo es para los vehículos de los políticos que utilizan el AVE y no nos dejan encochar a nosotros”, comentan no sin enojo varios taxistas. Por otra parte, el viajero que circula desde el centro de la ciudad hacia la estación por la Avenida de Roma, al llegar a Urgell, encuentra el acceso cortado por una zona semiajardinada o placita y debe desviarse utilizando la calle Mallorca. Tras el rodeo, dos carriles de circulación frecuentemente congestionados llevan hasta la fachada de la plaza Països Catalans, siendo difícil hallar un espacio donde apearse con maletas y bultos sin correr algún riesgo de ser atropellado. Al caos circulatorio se suma una imagen antiestética y poco cálida de ambas plazas, que se han convertido en gigantescos párkings. Una imagen poco agradable para los ojos de los nuevos visitantes. Pese a que la urbanización de la zona es provisional, no estaría nada mal darle una cierta calidez, aunque fuese con parterres de plantas que, al propio tiempo, ocultasen tanto coche y tanta moto.