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La Junta asegura que de haber dificultad para incluir el fin del trasvase, sería política y no jurídica

miércoles 29 de noviembre de 2006, 17:58h
La "máxima dificultad" que podría tener el planteamiento del fin del trasvase Tajo-Segura que se recoge en el texto de reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha sería de tipo político y no jurídico puesto que el borrador cuenta "con todos los avales legales e institucionales precisos". Así despejaba todas las dudas que pudieran plantearse al respecto el vicepresidente segundo y portavoz de la Junta, Emiliano García-Page, en la rueda de prensa concedida a los medios este miércoles para dar cuenta de los acuerdos del Consejo de Gobierno.

García-Page aseguró que "nosotros no plantearíamos nunca un solo párrafo o línea" que no contara con el aval de los órganos consultivos, técnicos y de los servicios jurídicos de la Administración regional porque "sería absurdo" y a nadie se le ocurre "poner algo para que luego lo terminen quitando a la primera de cambio en Madrid".

   Por encima del trasvase y del Estatuto de Autonomía, recalcó, está la Constitución española y la nación y por eso, "nadie se plantea saltar ese marco" sino todo lo contrario, reforzarlo, aunque existan opiniones distintas.

   En todo caso, manifestó el portavoz del Gobierno regional, los problemas de tipo jurídico no los resuelven los parlamentos, sino en última instancia, el Tribunal Constitucional, concluyó.

García-Page consideró "prudente" la decisión de la Comisión de Explotación del trasvase Tajo-Segura de trasvasar 12 hectómetros cúbicos para abastecimiento a Levante, y afirmó que los acontecimientos van evolucionando "en la dirección de los intereses de Castilla-La  Mancha" aunque, reconoció que "si por Murcia fuera, se llevarían directamente Entrepeñas y Buendía a las balsas".

El portavoz del Gobierno regional indicó en este sentido que "nosotros valoramos el criterio de prudencia que se está planteando en los últimos tiempos desde el Ministerio de Medio Ambiente" y se está poniendo freno "a una voracidad y se le está intentando introducir racionalidad".

Siempre que las decisiones sean proporcionadas y respeten la ley en sus usos preferentes, "y eso pasa en el caso del agua para beber", continuó García-Page, el planteamiento regional de fondo es "prudente" aunque con la exigencia del uso riguroso del agua.

Insistió en que la posición de fondo del Gobierno de Castilla-La Mancha es contraria a los trasvases, aunque mantuvo que siempre se distingue entre las derivaciones para abastecimiento a población porque "beber es lo primero y eso no entra en ningún tipo de discusión", a los trasvases para regadío, y "más si son descontrolados".

García-Page recordó que la Junta planteó el lunes en la Comisión de Explotación del trasvase Tajo-Segura al Gobierno y la Confederación Hidrográfica del Segura que intensifiquen los mecanismos de control para saber "que pasa hasta con el último centímetro cúbico de agua que va a Levante, aunque sea para beber".

En este punto, incidió el vicepresidente segundo en la necesidad de ser "rigurosos" y tomar decisiones "proporcionadas a la realidad" de la cabecera del Tajo que "es la que es y no se puede discutir".

La posición de Castilla-La Mancha "nos da credibilidad" porque aunque no se pretende "cerrar el grifo a nadie para beber ni es nuestro planteamiento, ni siquiera para regar, lo que queremos es que se contemplen alternativas diferentes" porque, insistió, el agua para beber "no es discutible".

Personalización en pleitos

El portavoz regional recordó asimismo que los servicios jurídicos de la Comunidad Autónoma estudian por instrucción del Gobierno la posibilidad de personación sobre pleitos abiertos acerca de las "muchas dudas planteadas en el uso del agua en Murcia".

La voluntad, recalcó, es "explorar esta posibilidad" para que la región esté "no solo lo más informada posible, sino defendiendo los intereses de la región allá donde sea necesario".

Época de transición

Según García-Page se está en una época de transición, después de que se hicieran en otras épocas "todos los trasvases que se pedían" excepto en sequía, a una etapa, la actual, en la que cada vez "cuesta más hacer un trasvase y cada vez se tiene que explicar mejor".

Consideró que esta "transición" terminará el día que el Levante español "tenga solucionados sus problemas de agua por la vía alternativa de la desalación y por tanto, el trasvase Tajo-Segura sea, además de una barbaridad que tiene que caducar, absolutamente innecesaria".

 

 

 

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