El Hurón: Gumersindo. Preguntas sin respuesta (de momento)

                                     
Verán, amigos, esta semana me he quedado solito. El jefe se ha ido al taller, “para una puesta a punto”, según me dijo. Los años no perdonan .Y yo, Gumersindo para servirles, tengo que aprovechar la ocasión  para hacer realidad uno de mis sueños: bombardear a Juan Vicente Herrera. Así, como lo leen. Hubiera sido mejor una entrevista, pero ignoro si fue el presidente, o mi jefe, el que me dió la callada por respuesta. Es posible que éstas sean las últimas líneas que encuentren refugio en este espacio pero, aunque me veo en la calle, no resisto la tentación.
 
Soy un hurón doméstico, por naturaleza muy curioso. Los científicos me llaman (no hagan chistes, por favor) Mustela putorius furo. No teman, tengo en regla mi chip y mis vacunas. Mis antepasados ya vivían hace más de 2.500 años.  De mayor, si me dejan, yo también quiero ser periodista. Y dicho esto, con el debido respeto, me dispongo al interrogatorio.

-Señor Herrera: ¿Se presenta a las elecciones porque no le queda más remedio o, dicho de otra manera, el sucesor todavía no ha llegado?

-¿Aguantará la legislatura o, como hizo J. J. Lucas con usted, cederá los trastos a medio camino?

- ¿Cuántos consejeros “apeará” en el próximo gobierno?

- Don Juan Vicente, ¿hay erótica en el poder?

- ¿Ha encontrado usted su punto G (el del poder, con p)?

-¿Es tan fiero León (elija usted mismo) como lo pintan?

- Cajas de Ahorro: ¿Se da con un canto en los dientes?

-¿Le compraría un coche usado a José Luis R. Zapatero?

- ¿Le quitan el sueño los dos Óscar de la acera de enfrente (política, claro)?
 
- ¿Hasta dónde está de la política?

-Supongo que no lo hace por dinero, ¿será por amor?

-Y hablando de amor, ¿cómo se le dan las cartas de idem?

-¿Para cuándo, dice?

  
Notas.-1.- ESPERO QUE mi jefe, convaleciente todavía, sepa perdonar mi atrevimiento. Él respeta mucho a don Juan Vicente. Ésta que le escribo puede ser una  carta sin respuesta. Me gustaría que llegara a su destino y, si es con acuse de recibo, miel sobre hojuelas.

2.- TRECE DE ENERO. Ha sido la fecha de mi onomástica, San Gumersindo. Ni una carta, ni una llamada de teléfono, ni un telegrama. Menos mal que estoy preparado para todo. Nada de nada.