Los guapos y las guapas en el periodismo
martes 26 de abril de 2011, 10:38h
Es un debate abierto y que muestra una gran preocupación. Últimamente me he convencido de que Twitter es una herramienta fundamental para un periodista, sobre todo para un periodista digital, que se retroalimenta de la Red: obtiene noticias, las ofrece, y escucha comentarios sobre sus noticias que le enriquecen. Pues bien, en el ámbito profesional, lo que más está preocupando a mis compañeros periodistas -y comparto esa preocupación- es la proliferación de caras bonitas en la televisión y en otros medios.
Lo que se ha llamado 'efecto Sara Carbonero' es una realidad. El último nombre estelar en llegar ha sido el de Lorena González, una joven periodista que acaba de fichar la Cope para su programa 'Tiempo de juego', su espacio más cuidado porque es el que trata de arrebatar el liderazgo de la radio deportiva a 'El Carrusel' de la SER, el clásico entre los clásicos. Pero más allá de las batallas SER-Cope, y centrándonos en el tema de las 'caras bonitas', preocupa y mucho que ahora haya que tener un aspecto físico para triunfar en la profesión.
No nos engañemos y hagamos un recorrido histórico por esto de la prensa y el periodismo. En siglos anteriores ha sido un campo exclusivo para el hombre. La mujer, con su lenta incorporación a la igualdad profesional, ha podido hacerse su hueco en el pasado siglo XX y en la presente centuria puede que termine consiguiendo la plena igualdad de trato, éxito y reconocimiento. Lo merece y lo lucha día a día. Pero... ¿peligra su papel en el periodismo con casos como los anteriormente comentados? ¿Les será necesario ser atractivas además de válidas para triunfar y llegar alto en radio y televisión?
Aquí es donde hago un parón para reflexionar sobre los criterios de elección de un profesional para cada medio. En la prensa escrita realmente es indiferente la belleza física. Lo importante es escribir bien, comunicar bien, expresarse bien, transmitir algo. Pero llegamos a la radio y la televisión. En las ondas está fuera de todo debate que para ser el que está al frente de micrófono haya que tener una buena voz. Firme, bonita, limpia, que transmita. Es cierto que hay comunicadores geniales que no han tenido grandes voces. Pero me vienen a la cabeza figuras claves como Matías Prats, Luis del Olmo, Julia Otero, Iñaki Gabilondo, Montserrat Domínguez... y no puedo ocultar que comparto con miles de personas un amor por sus timbres de voz. Además de ser grandes profesionales, llegan con su voz, sí, lo cual es un elemento puramente físico y, ateniéndonos a criterios sobre lo superficial, éste lo es.
Si damos un paso más y hablamos de televisión, la gran caja tonta que además de un medio de información es también un medio de ocio y entretenimiento -que a nadie se nos olvide-, no seríamos injustos si aplicáramos el mismo criterio antes comentado para la radio. Buena voz para la radio, buen aspecto físico para la tele. Está claro que no hace falta ser una cara bonita, ser guapo o guapa para ser un gran presentador, un periodista válido para salir frente a una cámara. Simplemente hay que saber comunicar, tener un actitud cercana y tener ese 'feeling' que los que son 'televisivos' tienen. Nacen con ello. "Le quiere la cámara", se suele decir, tanto para la televisión como para la fotografía.
Ahora bien... desde que se pusieran de moda los fichajes de chicas atractivas, además de profesionales contrastadas en el mundo del periodismo, las espadas están en alto. Sara Carbonero no tiene la culpa de nada. Pero con ella ha saltado la banca, como se suele decir. Su millonario fichaje por Telecinco -ella procedía de La Sexta- originó un antes y un después y ahora todas las cadenas quieren una 'carbonero' para sus informativos. Lo de MarcaTV fue ya descarado, anunciando a bombo y platillo la incorporación de bellezas para sus programas. Así, tal cual. Los telespectadores saben que lo mismo se puede apreciar mayoritariamente en cadenas como Intereconomía o Libertad Digital, aunque nadie debería sacar la conclusión apresurada de que son los medios de derecha quienes más discriminan por físico: fue La Sexta quien abrió la veda con sus mujeres para informativos. Todas eran y son, sin duda, válidas profesionales -qué decir de Mamen Mendizábal, por ejemplo...-, pero se creó un peligroso precedente al promocionar ese perfil de presentadora.
¿Hemos pasado de los tiempos en que se decía, con mala baba, aquello de "qué habrá hecho ésta para ganarse el puesto" a casi lo contrario? Es decir, no es que ahora la pregunta que se hagan algunos sea "¿qué ha hecho esta chica no tan mona para tener un programa (o aparecer en él)"? No. Pero la duda está sembrada y eso es lo peligroso: que en la profesión estén todos con la mosca detrás de la oreja. Porque lo ideal sería que nadie se tuviera que preguntar si el físico es tan fundamental para un puesto como lo debería ser únicamente la valía para el cargo.