Descastados 'vellosinos' y aburridos Uceda y Abellán
Rubén Pinar se salva del segundo fiasco ganadero... y torero
miércoles 11 de mayo de 2011, 23:38h
¿No quieres caldo?, pues dos tazas.Decíamos/escribíamos este martes sobre el petardo ganadero de la divisa de Valdefresno, unos bravísimos ejemplares comparados con estos podridos del Vellosino que hundieron una tarde en la que los coletudos tampoco aportaron más que mediocridad, excepto Rubén Pinar y sin exagerar, ¿eh?, sin exagerar.
Toros de VELLOSINO, disparejos de edad y hechuras aunque todos con trapío; descastados, noblotes y justos de fuerzas. UCEDA LEAL: (media y dos descabellos) silencio tras aviso; (pinchazo, estocada y tres descabellos) silencio. MIGUEL ABELLÁN: (media, dos pinchazos y cuatro descabellos) silencio tras aviso; (media, bajonazo y descabello) silencio. RUBÉN PINAR: (media, pinchazo y estocada) silencio; (estocada y dos descabellos) saludos. Plaza de Las Ventas, 11 de mayo, 2ª de Feria. Casi lleno
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Qué sufrida es la existencia del aficionado, sí. Pero todavía más la del crítico taurino, sección no entregada al sistema o cosas peores. Porque hay que tragarse infinitud de espectáculos bochornosos que nada tienen que ver con la otrora Fiesta de los toros. Porque los responsables -mejor, irresponsables- que manejan y manipulan el espectáculo lo han arruinado al preferir el simulacro de toro y los ganaderos tragar con sus exigencias. Sirva como ejemplo la segunda del ciclo isidril. Sirva.
Porque sólo 24 horas después del petardo ganadero de los de Valdefresno, y sin solución de continuidad, llegó el segundo. En este caso con los moruchos de Vellosino, unos mulos con cuernos, eso sí, muchos, distintos y muy distantes al toro de lidia, que no ofrecieron gran juego a la terna de Uceda Leal, Miguel Abellán y Rubén Pinar.
Pero, con la excepción de este último en el bicorne que cerró festejo, tampoco sus compañeros -ni el albacetense en su enemigo inicial- fueron un dechado de virtudes, quiá. Aburridos y pegapases, sólo brillaron en pequeños detalles, aplicando en el resto de sus respectivas actuaciones la imagen de coletudos sin ilusión ni recursos ni 'na' de 'na'.
Hasta un as de espadas como Uceda, marró en varias ocasiones, aunque con el que abrió función brilló con cierta elegancia muletera en alguna serie corta y de buen corte, pero sin romperse. Y ya en el otro descastado animal ni siquiera eso, sólo una faena de trámite y no olé. Como Abellán, que dio distancia 'rinconiana' al segundo de la tarde y lo embebió en redondos.
Sí, pero con la izquierda se diluyó todo. Y más frente al quinto, sin un mínimo apunte torero. Así anduvo Pinar en su primer bicho, pero ante el último, el albaceteño aplicó temple, ortodoxia y ligazón, que calaron fuerte en los tendidos, pero a su muy entregada labor le faltó calidad y para colmo necesitó de dos golpes de verduguillo, reduciéndose lo que parecía iba a ser una justa vuelta al ruedo a una gran ovación con saludos.Qué existencia más sufrida.