Se van los mejores

El anuncio de la retirada de dos históricos del PSOE de Castilla y León, Jesús Quijano y Octavio Granado, lleva a una conclusión rápida: se van los mejores. Sin duda Quijano y Granado han sido dos políticos de gran nivel en estas tierras llenas de mediocres y políticos probeta. Lo han demostrado en su quehacer parlamentario, en el trabajo intenso en el Partido Socialista y en las formas y maneras de comportarse como ciudadanos. Y mientras tanto vemos que el PSOE de Castilla y León en lugar de convertirse en una alternativa de gobierno es un foco de problemas. Lo que está pasando en Zamora, con la imposición del paracaidista Camacho, no es más que una muestra de lo que les pasa a los socialistas. Llevan demasiado tiempo perdidos, y no parece que Óscar López, sobre el que se centraron tantas esperanzas, vaya a ser el mirlo blanco que necesitan. Después del resultado de las últimas elecciones autonómicas y generales el PP parece invencible. Es igual que Herrera llene el gobierno de funcionarios (con todo el respeto para los funcionarios), en lugar de políticos con iniciativa y peso, que los socialistas no levantan cabeza. Y es una pena, porque el PP en Castilla y León ya ha dado la talla a lo largo de 25 años de gobierno: una ruina. Nos quedamos sin gente, sin industria y sin dinero. Pero no pasa nada. Se les sigue votando sin pedirles cuenta. Y es que la oposición está medio desaparecida, con la cantidad de desastres que tiene para denunciar, con la cantidad de propuestas que puede hacer. En fin, se van Quijano y Granado mientras “la mano derecha e izquierda”  afianza su poderío al albur de un Herrera que se le nota distante y cansado. Con la que está cayendo este panorama es desolador.