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Gobierno de Hugo Chávez

Surge una nueva oposición

Surge una nueva oposición

jueves 14 de diciembre de 2006, 18:27h
Hugo Chávez fue reelegido presidente de Venezuela con amplia mayoría el pasado 3 de diciembre, en unos comicios celebrados en un clima de paz, y a los que, por primera vez, la oposición acudió unida con la candidatura de Manuel Rosales.

Ocho años después de obtener su primer mandato Chávez, de 52 años, fue ratificado en el poder por más del 62 por ciento de los votantes, una cifra que supera los resultados de las tres anteriores elecciones a las que se sometió.

El presidente venezolano dispone de un margen de respaldo que le permitirá, si así lo decide, aplicar las políticas que prometió en su campaña electoral: profundizar en lo que llama "el socialismo del siglo XXI" y emprender una controvertida reforma constitucional con vistas a facilitar la reelección indefinida.

Elegido por primera vez en 1998, confirmado en el cargo en 2000 y nuevamente en 2004, al superar un referendo revocatorio, Hugo Chávez salió por cuarta vez victorioso de las urnas, si bien ahora tuvo que medirse a un rival que, hecho sin precedente en la historia reciente de Venezuela, logró sumar los apoyos de una oposición dispersa.

Manuel Rosales, de 53 años, gobernador del estado petrolero de Zulia, se colocó en tres meses de campaña en el tablero electoral, con el respaldo de más de 40 partidos opositores.

Con el lema "Atrévete", Rosales intentó movilizar el electorado para desalojar del poder a un presidente que, según repitió durante la campaña, prefiere ofrecer petróleo a extranjeros que ocuparse de los problemas de los venezolanos y al que acusó de encaminarse hacia una línea de "castro-comunismo".

Respaldado principalmente por sectores de clase media-alta, el candidato de la oposición consiguió multitudinarias concentraciones en Caracas, pero su propuesta de rectificar el rumbo del país y situarlo en la ruta de la "democracia social" no pudo vencer.

Rosales obtuvo un 37 por ciento de los votos, una diferencia de 25 puntos en relación al 62 por ciento del gobernante izquierdista, impulsor de programas sociales para los sectores más pobres de la población, mayoritarios en Venezuela, y en lucha constante contra lo que llama "hegemonía del imperio", en alusión a Estados Unidos.

Pese a los problemas de inseguridad y corrupción, principales males del país, Chávez no ha sufrido desgaste de popularidad entre sus seguidores en ocho años de gobierno, un hecho sorprendente que no han dejado de destacar todos los analistas.

Su indiscutible presencia mediática, su facilidad a la hora de comunicar y la proximidad "al pueblo" que muestra en cualquier ocasión explican en parte la respuesta de quienes le ovacionaban tras conocerse su victoria, una respuesta que él mismo calificó de "más que amor frenesí", parafraseando la antigua canción.

Provisto de la ratificación de las urnas, en unos comicios que marcaron un hito de participación, Chávez ya adelantó que los venezolanos han votado a favor del "proyecto socialista" que preconiza, sin que se conozca cuál será su exacta aplicación en este país, quinto exportador mundial de petróleo.

Pero el presidente reelegido, en una intervención el día de su proclamación, también tendió la mano a la oposición al saludar la actitud de Rosales, que reconoció la derrota en la noche electoral sin atender otras voces que en la misma sede de su campaña gritaban "fraude".

Dos días más tarde el ya ex candidato anunció que asumía "la responsabilidad de conducir la oposición en busca de la nueva democracia social" e informó de que crearía un grupo de trabajo, liderado por él, para analizar en una propuesta de reforma constitucional.

Rosales transmitió a Chávez el mensaje de que "Venezuela reclama que no nos sigamos viendo como enemigos, que nos respetemos, que se respeten las ideas, las diferencias", unas palabras de conciliación que distan del clima de enfrentamiento que solía dominar las relaciones de la oposición con el presidente.

No obstante, sin diputados en el parlamento, ya que los partidos opositores renunciaron a presentarse en las legislativas de 2005, Manuel Rosales deberá saber con qué fuerzas cuenta para asumir el liderazgo que anunció frente al "chavismo", el sello particular de Chávez, que tampoco, hasta ahora, se ha consolidado como partido.

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