Los convencedores

El pasado 14 de septiembre ya publiqué un artículo en el que ponía en duda que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero fuera a obligar, en los territorios conflictivos, al cumplimiento de la ley 39/1981, es decir, la Ley de Banderas. La intervención que tuvo ayer la vicepresidenta del Gobierno en la sesión de control en el Parlamento, viene a demostrar que existen motivos para pensar así.

Fernández de la Vega en vez de contestar con claridad a la pregunta de Acebes respecto a si iba a hacer cumplir la Ley de Banderas en todo el territorio nacional, dijo cosas tan peregrinas como que hoy ondean más banderas que cuando Acebes era ministro de Interior, o que hoy hay más respeto y voluntad de acordar que de pelear por los símbolos, pero desde luego lo que más me ha llamado la atención de la intervención de la vicepresidenta del Gobierno han sido las palabras del cierre de su intervención “no se es más patriota por imponer, se es más patriota por convencer”.

Estoy seguro que ese concepto la vicepresidenta del Gobierno sólo va a querer que se aplique a aquello que a ella le interesa, pues pensemos lo que podría pasar en este país llamado España, si de acuerdo con esa filosofía, al igual que hay instituciones que no cumplen la Ley de Banderas y nadie les obliga a que la cumplan sino que el Gobierno va a hacer un extraordinario esfuerzo por convencerlos, un ciudadano decide no cumplir la normativa del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, sobre el Trafico, sobre Educación, …

De acuerdo con la filosofía de la vicepresidenta, si alguien piensa que paga demasiado a Hacienda y, por lo tanto, deja de hacerlo, en vez de que Hacienda le haga una inspección y, de acuerdo con la actual legislación, le imponga las sanciones correspondientes, el Gobierno dirá a los inspectores que dialoguen con la persona en cuestión hasta que le convenzan de que cumpla la ley.

A mi me da la impresión de que nuestros políticos aún no se han dado cuenta de que los ciudadanos hace ya mucho tiempo que sí leen, oyen y piensan y, por lo tanto, no los pueden tomar por tontos con argumentos demagógicos e incoherentes, como los expuestos por la vicepresidenta el pasado miércoles, que con el fin de contrarrestar los ataques de la oposición abre la puerta a que cada uno haga lo que quiera, pues de acuerdo con los nuevos aires, en vez de obligarles a que se cumplan las leyes, el Gobierno creará un nuevo cuerpo de funcionarios que podría llamarse “Los convencedores”.