Victoria cómoda del español ante Jerzy Janowicz
Ferrer se corona en París con el último Masters 1000 en vísperas del Torneo de Maestros
domingo 04 de noviembre de 2012, 17:41h
David Ferrer logró este domingo en Bercy el primer título de su carrera en un Masters 1.000, un escalón que le faltaba por ascender al levantino de 30 años, que suma su 18 triunfo, y el primero de un español en el Omnisport parisiense. El de Javea, que sumó así el séptimo título de la temporada, más que ningún otro tenista, derrotó en la final por 6-4, 6-3 al polaco Jerzy Janowicz, que a punto de cumplir 22 años alcanzó el último peldaño del torneo procedente de la fase previa, lo que le convirtió en la sensación de la semana.
Ferrer, quinta raqueta del mundo, acabó con la maldición que tenía con
los Masters 1.000, a cuyas finales había llegado en tres ocasiones sin
haber sumado ninguna victoria. Perdió contra Nadal en Roma en 2010 y en
Montecarlo en 2011, y contra Murray en Shangái ese mismo año. De
hecho, era el mejor tenista del mundo que no había ganado ninguno de los
nueve torneos más importantes tras los cuatro Grand Slam, una maldición
erradicada con su triunfo en París. Con esta victoria, Ferrer
triunfa donde fracasaron Andrés Gimeno en 1972, Sergio Casal en 1986 y
Rafael Nadal en 2007, los tres españoles que, hasta este año, habían
llegado a la final de Bercy.
Además, reivindica su condición de
mejor jugador fuera del llamado "top 4", que agrupa a Roger Federer,
Novak Djokovic, Andy Murray y Nadal, que se habían repartido los últimos
17 Masters 1.000. Un triunfo particular, pese a que el levantino
había dicho que era un partido más. Pero la forma que tuvo de celebrar
la victoria, tirado en el suelo, al borde de las lágrimas, abrazado a su
entrenador, Javier Piles, denotaba que era un triunfo especial. "Estoy extremadamente feliz, tenía muchas ganas de lograr un Másters
1.000", afirmó nada más acabar el encuentro ante un público que había
mostrado su preferencia por el rival.
Ferrer completa la mejor
temporada de su carrera, un año que todavía no ha acabado para el
español, que en pocas horas cruzará el Canal de la Mancha para disputar
la Copa de Maestros de Londres y que, posteriormente, liderará el equipo
español que disputará en Praga la final de la Copa Davis contra la
República Checa. El levantino ha ganado este año 72 partidos, dos
más que el serbio Novak Djokovic, y ha alzado siete copas, una más que
el suizo Roger Federer. La final contra un jugador de tan poco
currículum como Janowicz no estaba exenta de riesgos, dado el gran nivel
que durante la semana había mostrado el polaco.
Pero Ferrer
impuso su jerarquía ante un Janowicz que bajó el pistón con relación a
su juego de los días anteriores, cuando dejó en la cuneta a tres "top
20" (Philipp Kohlscheiber, Marin Cilic y Gilles Simon) y dos "top 10"
(Janko Tipsarevic y Andy Murray). El español no se dejó
impresionar por la potencia se servicio del polaco, muy aplaudida por el
público, que llegó a superar los 240 kilómetros por hora y que se
tradujo en once puntos directos de saque, que le sitúan en 74 en el
conjunto del torneo.
Calmado, como en el resto de los encuentros,
Ferrer se limitó a hacer su juego y esperar que el nivel de Janowicz
descendiera. Tardó en la primera manga, en la que sólo rompió el saque
del polaco en el décimo juego, para anotarse el set. Janowicz,
más fatigado que en los partidos anteriores (había llegado a la final
con tres partidos más que Ferrer, los de la fase previa y el de primera
ronda), no se descolgó del encuentro. Rompió el saque del español
en el tercer juego, pero Ferrer lo recuperó al siguiente. El nivel del
polaco fue bajando, mientras que el motor del inagotable Ferrer se
mantenía al mismo nivel. En el sexto, el español volvió a hacerse con el
servicio de su rival y a Janowicz ya no le quedaron fuerzas para
contestar la supremacía del español
Su semana había sido
extraordinaria y, tras haber empezado la temporada en el 204 del mundo,
sin patrocinadores y sin dinero suficiente para poder viajar al Abierto
de Australia, lo acabará en el 26 y, a buen seguro, con un futuro
económico más cómodo. Por el momento, se embolsará los 234.856
euros del premio al finalista (Ferrer se lleva 479.000 euros), que le
facilitarán la vida un poco más.