Y ahora ¿qué?
lunes 03 de diciembre de 2007, 17:05h
Es la pregunta que plantean muchos ciudadanos tras el último atentado mortal perpetrado por la ETA contra dos agentes de la Guardia Civil. Pregunta de ciudadanos que esperan un cambio en la filosofía de fondo del Gobierno a la hora de encarar la lucha contra esta organización criminal, sus apéndices políticos y sus turiferarios sociales. ¿Tiene credibilidad el presidente José Luis Rodríguez Zapatero cuando habla de éste asunto?.
Ha sido tanta y tan sostenida la ambigüedad con la que durante meses ha venido actuando el Ejecutivo -pese al atentado mortal de Barajas- y tantos los eufemismos del señor Rodríguez Zapatero a la hora de referirse al problema de fondo que, la verdad, resulta muy difícil tomar al pie de la letra sus últimas y ¡por fin¡ contundentes palabras de condena y advertencia a los integrantes de la banda terrorista.
La credibilidad es virtud sometida al implacable escrutinio del paso del tiempo. En cierto sentido es como el honor que, una verdad perdido, o jamás se recupera o su rescate reclama titánicos esfuerzos. Ni el poder ni el pragmatismo político otorga a los gobernantes patente de corso para hacer y deshacer al margen de las leyes del decoro. Entrar en tratos con una organización que recurre al crimen para allegar réditos políticos, contamina. Establecido el contacto con la dirección de la ETA y visto que la banda con el atentado de Barajas daba por concluido aquel sarcástico "alto el fuego permanente", a Rodríguez Zapatero le faltó humildad y determinación.
Humildad para reconocer que le habían engañado -como antes que a él engañaron a Felipe González y a José María Aznar- y, también, como digo, le faltó determinación. Determinación para haber dicho entonces lo que le hemos oído decir ahora. En fin ¡ojalá¡ que a partir de ahora los hechos del Gobierno hagan buenas sus palabras.