Los vecinos que viven en el asentamiento ubicado en el cauce del río Guadarrama, en el término municipal de Móstoles, aguardan la decisión que han de tomar la Confederación Hidrográfica del Tajo y los ayuntamientos de la zona sobre la instalación de una mota de contención junto a sus viviendas y los primeros pasos a dar para desmantelar los asentamientos.
Se espera que a lo largo de los próximos días se produzca un encuentro entre estas instituciones en el que se tome una solución definitiva, después de que hayan estudiado dos posibles ubicaciones para la mota de contención. En cualquier caso, todas las fuentes consultadas aseguraron desconocer la fecha en que se celebrará la reunión.
Los vecinos aseguran que los ánimos están tranquilos entre las familias que viven en los asentamientos y apuestan por una salida pacífica que les permita seguir viviendo en la zona.
"Nosotros queremos seguir viviendo aquí. Siempre que se ha hablado de viviendas de protección oficial hemos dicho que no queremos marcharnos. Hemos venido huyendo de la ciudad, de vivir en un piso, no es ese nuestro objetivo", manifestó un vecino.
Así, estos ciudadanos subrayaron han formado una asociación y están en los Consejos de Distrito. "Hay servicio de recogida de residuos, teléfono, tendido de la luz y los niños están escolarizados", manifestaron.
"Algún derecho habremos adquirido a lo largo de todos estos años. Son más de tres décadas demostrables y queremos que se nos reconozca", añadió un portavoz de la asociación de vecinos de la zona, advirtiendo de que, si son expulsados de sus viviendas, pondrán el tema en mano de abogados e incluso, si es necesario, irán a los Tribunales.
Otoño sin riesgo de riadas
Algunos de los habitantes de los asentamientos del río Guadarrama señalaron que el otoño ha sido tranquilo y que no ha habido riesgos ni complicaciones por las primeras lluvias de la temporada. "Si se pone una mota de contención algunos vecinos se van a ver afectados y tendrán que buscar una solución para ellos", manifestó un ciudadano.
En cualquier caso, los habitantes del asentamiento señalaron que no tienen miedo a riadas porque si sube el nivel de agua lo hace de forma lenta y les da tiempo a reaccionar. "Si te mete maleza o algún árbol es cuando se crea alguna complicación. Es lo único. De peligro, nada", manifestaron.
Por lo demás, los vecinos señalaron que a lo largo de los últimos años se han producido algunas crecidas del caudal del río y en cambio no ha habido que lamentar desgracias personales en la zona.