Hay un acuerdo "técnico" entre el Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento de Madrid y la Fundación Thyssen para solucionar el problema del plan de remodelación del Eje Prado-Recoletos. Así lo anunció el ministro de Cultura, César Antonio Molina, y lo ratificó el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, este jueves tras la Junta de Gobierno del Ayuntamiento.
El regidor explicó que la principal modificación del proyecto es que los dos carriles de subida desde la glorieta del Emperador Carlos V hacia la plaza de Cibeles, en lugar de discurrir junto al Thyssen, se construirán, a partir de la plaza de la Lealtad, en la zona derecha del paseo del Prado, colindantes con el Cuartel General de la Armada y el Palacio de Cibeles, nueva sede del Ayuntamiento.

Mientras, los tres carriles de bajada desde Cibeles hacia la plaza de Cánovas del Castillo y Atocha se mantendrán frente al museo de la Baronesa Thyssen, aunque la capacidad para absorber el tráfico tanto en sentido norte como en sentido sur será la misma, ya que el número de carriles no variará. También se variará en esta sección del trazado el tamaño de las aceras, haciéndose más grande en la parte del Museo Thyssen y reduciéndose en la margen contraria. El regidor de la Villa adelantó que ningún árbol resultará dañado.
El primer edil explicó que el proyecto del túnel que proponía la Comunidad de Madrid "es inviable y fue desechado por unanimidad por el Pleno". Sin embargo, anunció que el Consistorio ha establecido "un diálogo oficial" con el Gobierno regional sobre el proyecto y, según Ruiz-Gallardón, ha contestado pidiendo una ampliación de la documentación en varios puntos concretos.
la Fundación Thyssen-Bornemisza planteó dos alternativas que "mejoraban la conexión con el bulevar y mejoraban la condición ambiental". En el encuentro entre técnicos de las tres administraciones, que se celebró el día 5 de diciembre, plantearon suprimir al máximo el tráfico rodado, dejando dos carriles de bajada, lo que consideran "suficiente" para atender las necesidades del Museo así como del tráfico local y de las calles adyacentes.
La Fundación también propuso mantener, en superficie, dos carriles de bajada para automóviles y uno de autobuses, adyacente a la acera ampliada. Propuesta que fue aceptada por los técnicos del Ayuntamiento.