¿Serán ‘debatazos’ o debatitos?
viernes 21 de diciembre de 2007, 13:59h
Ya tenemos fechas, albricias. Los debates entre Zapatero y Rajoy tendrán lugar los días 25 de febrero, el primero, y 3 de marzo, el segundo y previsiblemente último. Al menos, ha habido acuerdo sobre las fechas. Todo lo demás, incluyendo las cadenas de televisión donde se celebrarían los combates (perdón, debates), permanece aún abierto, porque no hay consenso al respecto. Estuve en los preparativos del primer debate electoral televisivo entre presidente y candidato, González y Aznar, en Telecinco, hace quince años: recuerdo que los negociadores eran Javier Arenas, por el PP, y José María Benegas, por el PSOE. Negociaron hasta la altura de las mesas y las sillas, el número de focos iluminando a cada uno y el color de las paredes.
Me parece que ahora va a ser algo parecido entre Pío García Escudero y José Blanco. Pero llegarán a acuerdos, aunque habrá algún portazo -entonces los hubo-, porque ambas partes quieren debatir.
Pero ni entonces ni, me temo, ahora, se pactó contra los golpes bajos, contra la utilización de temas que deberían quedar exentos en una confrontación electoral, contra la banalización excesiva de la política. Aquellos primeros debates, luego interrumpidos hasta el presente, acapararon el lógico interés que supone el inicio de un camino. Ahora no será exactamente lo mismo: ni Zapatero suscita las mismas pasiones que Felipe González, ni Rajoy es ese extraño Aznar, mucho menos conocido que el actual aspirante, que disputaba a González el sillón de La Moncloa.
Estamos, sin embargo, ante una coyuntura de similar interés frente a unas elecciones. Los dos adversarios tendrán que sacar lo mejor de sus chisteras para convencer a ese millón de ciudadanos que están siempre tentados de quedarse en casa, para que acudan a votarles. Y el mayor mitin es el que se hace a través de la televisión, que aporta millones de espectadores. ¿Escogerán la fórmula ‘debatazo’ o, como nos tienen acostumbrados, se quedarán en el ‘debatito’? ¿Nos traerán fórmulas originales, auténticas soluciones de futuro diseñadas y planificadas o lo fiarán todo a la improvisación?
Esta es, por otro lado, la mejor oportunidad para que Rajoy tienda la mano a Zapatero en busca de consenso en los grandes temas; seguro que va a hacerlo, porque le conviene. Y sería la ocasión para que el actual presidente del Gobierno atrapase al vuelo la ocasión de aceptar ese consenso. No estoy tan seguro de que vaya a hacerlo, porque piensa que no le conviene: aunque las estrategias definitivas no están todavía ultimadas, todo indica que serán debates de confrontación, sin siquiera vagas promesas de futura colaboración.
Ambos tienen la obligación, entiendo, de decirnos qué va a ser de nosotros en la próxima legislatura si gana cada uno de ellos. Y con quién gobernarán, en el caso de que necesiten el concurso de otros, que lo necesitarán. Nada de todo esto se nos dijo en marzo de 2004 -Rajoy se equivocó no poco rechazando debatir en TV-, y, así, hay que reconocer que las sorpresas a lo largo de estos cuatro años han sido muchas, aunque también es cierto que aquellas circunstancias fueron atípicas y forzaron muchas nuevas realidades.
Y una de estas nuevas realidades es que, finalmente, tendremos debates. No han sido capaces de idear una fórmula participativa, con varios interrogadores y en un terreno ‘neutral’ que ofrezca señal a los medios que quisieran recibirla, entre ellos los digitales. Ojalá aprovechen la oportunidad, al menos, para volar alto y sin darse picotazos.