Ser más que mundialmente famoso por saberse el número uno del fútbol mundial en este momento, no es un delito. Alcanzar la mayoría de edad tampoco. Pero es algo más que imprudente celebrar sus primeros 18 años de vida con una fiesta de gangsters y mafiosos en la que, al menos no faltaron "chicas de imagen" que cobran por exhibir las bondades de sus anatomías en una vitrina, o algunos artistas con acondroplasia (enanos), haciendo de pequeños gigolos, que acaben cruzando los dedos para que no los lancen al vacío como si de objetos se tratase para satisfacer los más bajos instintos de jóvenes como Lamine Yamal, el promotor de la fiesta, y todos sus invitados.
Supongo que es la mar de difícil (más aún en estos tiempos del selfi perpétuo y la multiexposición en redes), tener 18 años y haber alcanzado un cierto grado de madurez. Pero a gentes como Lamine, de origen modesto y que saben muy bien qué es la pobreza y la marginación social, les es exigible un cierto grado de ejemplaridad porque –lo quieran o no–, son el espejo dónde se miran millones y millones de ñiños y jóvenes de todo el mundo.
Está bien que el joven Yamal, de ascendencia marroquí, que ha crecido en una zona del extrarradio de Barcelona, diga para defenderse que "trabajo para el Barça pero fuera de la ciudad deportiva disfruto de mi vida y ya está"pero eso muestra sencillamente la poca solidez de su pensamiento. Claro, que a alguien que va a cobrar 20 millones de euros anuales (una cifra fuera del alcance , incluso de los sueños de mafiosos como Ábalos o Cerdán, y más aún de todos nosotros,si es que alguna vez nos hemos embarcado en anhelos imposibles…), es muy probable que llegue a la conclusión de que lo de pensar, mejor dejarlo para el césped, y el resto del tiempo basta con disfrutar.
No le deseo mal alguno al joven jugador del Barcelona pero mucho me temo que , de seguir por este camino, y si no hay alguien de su entorno que sea capaz de reconducir a este genio del balón y ejemplo de inmadurez fuera de la cancha, acabará muy mal . Tiene ejemplos relativamente recientes y próximos , incluso que también han vestido de culés y han adquirido fama mundial (Diego Armando Maradona, sin irmás lejos), , para llegar muy prontoalaconclusión de que el trecho a recorrer entre la fama y el esperpento social y la desgracia personal , es muchísimo más corto de lo que parece.
Enanos
Hay, con todo, un aspecto que ha suscitado una intensa polémica: el de la utilización de personas acondroplásicas en esa fiesta. Una asociación que defiende a estas personas ha denunciado prácticas denigrantes, a su juicio, contra ellas. Alguno de los participantes, como Juan Torres, 43 años, alias Místerpeke-que era uno de esos enanos–, lleva más de 30 años dedicado al mundo del espectáculo, incluso de los espectáculos taurinos, vetados tras aprobarse en 2023 una ley que prohíbe los espectáculos "que se burlen y denigren a personas con discapacidad". Pero él prefiere su empleo de showman al de obrero en una fábrica o el de albañil en una construcción.
Uno de los más grandes actores de este país, Emilio Gavira, con una voz imponente, es precisamente también acondroplásico y, sin embargo –suele suceder muy a menudo–, nadie se acuerda de su condición física cuando se trata de juzgar sus trabajos sobre un escenario. Como nadie juzga los cuentos,los ensayos o los poemas de Jorge Luis Borges, por haber escrito buena parte de ellos ya con ceguera.
Si la labor de showman es ejercida libremente y no conlleva vejación ni burla alguna sobre las personas acondroplásicas, lo mejor es dejarles ejercer sus trabajos de forma natural. A nadie le es exigible hacer o dejar de hacer algo por su discapacidad. De ser así -hablo de la ceguera que es lo que más conozco de cerca–, posiblemente no habrían ciegos actuando sobre un escenario o ante una cámara, pilotando un velero, esquiando, dirigiendo una empresa, publicando libros, haciendo escultura o corriendo una maratón.