El Gobierno de EEUU se encuentra en contacto con el serbio después de que grupos de manifestantes contra la independencia de Kosovo asaltaran la embajada estadounidense en Belgrado y le prendieran fuego.
Grupos de jóvenes incontrolados atacaron este jueves las sedes de diversas embajadas en Belgrado y provocaron un incendio en la de EEUU al lanzar a su interior diversas bengalas, de forma paralela a la multitudinaria manifestación convocada por el Gobierno serbio contra la independencia de Kosovo.
El incendio, que al parecer afectó sólo a una de las oficinas de la legación diplomática norteamericana, clausurada esta semana, fue apagado poco después por los bomberos, que también tuvieron que sofocar las llamas de un restaurante de la firma estadounidense McDonald en la céntrica Plaza Slabvija.
Según testigos presenciales, los jóvenes lanzaron piedras contra la embajada de EEUU y posteriormente bengalas de las que usan los hinchas en los estadios de fútbol, una de las cuales prendió en el interior de la sede diplomática, situada en la avenida Kneza Milosa, en el centro de Belgrado.
Además de la embajada norteamericana, también sufrieron ataques las de otros países que apoyan la independencia de la ex provincia serbia de mayoría albanesa.
En la embajada de Turquía fue arriada la bandera turca y sustituida por una de Serbia, y en la de Croacia fue descolgada de su mástil la enseña croata y luego quemada. La sede diplomática del Reino Unido también fue objeto de las protestas.
En una primera reacción, el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, indicó que el embajador no se encontraba en la legación diplomática en el momento del suceso e indicó que el Gobierno serbio ha mantenido una presencia de las fuerzas de seguridad adecuada para hacer frente a la situación.
"Queremos asegurarnos de que nuestra embajada se encuentra protegida", por lo que el Departamento de Estado se encuentra "en contacto con las autoridades serbias", afirmó el portavoz durante su rueda de prensa diaria.
La embajada estadounidense en Belgrado ha estado cerrada al público en los últimos días, aunque sí ha seguido desarrollando sus tareas diplomáticas, según el Departamento de Estado.
Acerca de las protestas contra la independencia kosovar, McCormack afirmó que "entendemos" el "desacuerdo con nuestra decisión política".
"Hemos mantenido una línea diplomática abierta con el Gobierno serbio, y entienden claramente las razones de nuestros actos", agregó.
Según el portavoz, "no están de acuerdo con esos actos, pero mirando hacia delante queremos mantener una buena relación con el pueblo y el Gobierno serbio".
El asalto a la embajada se produjo después de una gran manifestación en las calles de Belgrado convocada por el Gobierno serbio para protestar por la independencia de Kosovo, proclamada unilateralmente el pasado día 17.
Para muchos serbios, Kosovo tiene la fuerza del mito, como cuna de la nación y centro de un pequeño imperio medieval serbio que cayó ante los avances del poderoso imperio otomano en 1398.